Se viene una cosecha de trigo que pinta bien este año, pues se espera un récord de cerca de 21 millones de toneladas. Pero además del cereal sembrado sobre poco menos de 7 millones de hectáreas, esta campaña se trillarán lotes con trigo genéticamente modificado que ocupan 55 mil hectáreas. La situación genera una fuerte preocupación en diferentes sectores, tanto de la producción como de la comercialización agrícola, por el posible rechazo de los compradores internacionales. Por eso ya se están tomando medidas de control y precautorias para evitar una contaminación. Los costos, como es costumbre, saldrían del precio pagado al productor.
Gustavo Idígoras, presidente del Centro de Exportadores de Cereales y de la Cámara de la Industria aceitera (Ciara-CEC), explicó a Bichos de Campo cuáles son los problemas que podría desencadenar una detección de granos o harina de la variedad HB4 en cargas de trigo convencional.
Temeroso de las implicancias comerciales y los problemas de logística que provocaría una situación como esa, el directivo empresario hizo responsables el INASE (Instituto Nacional de Semillas) y a la firma Bioceres (que desarrolló e desreguló el trigo transgénico con tolerancia al estrés hídrico). Recordó Idígoras que por ahora está prohibida la comercialización de ese trigo en la Argentina.
Idígoras explicó que la aprobación de la comercialización de la harina de trigo en Brasil, por parte de la Comisión Nacional de Bioseguridad (CNTBio), “no cambia las condiciones de comercialización del grano de trigo HB4 en la Argentina, donde está prohibida. Por lo tanto, todo camión en que se detecte HB4 será rechazado y se harán las acciones sobre el vendedor, comerciales o legales, porque pueden generar un daño comercial”, advirtió.
“La presencia del gen no es legal y puede implicar un rechazo a toda la mercadería exportada y en ese sentido los riesgos comerciales son elevados”, añadió el presidente de la cámara que agrupa a las grandes agroexportadoras, responsables de casi 40% de las divisas que ingresan actualmente al país.
Escuchá la entrevista a Gustavo Idígoras:
El titular de Ciara–CEC dijo que en esta campaña la siembra de esa variedad transgénica del cereal va a obligar a más análisis sobre los camiones de trigo y que las firmas exportadoras los están hacienda ya en acopios y terminales, para brindar seguridad a los compradores.
“Hay tres elementos de control. El primero de Bioceres, que es la responsable única si surge algún inconveniente aunque ellos dicen que tiene un sistema de segregación. En segundo lugar el INASE, que con su resolución establece medidas de control, supervisión e inspección. En tercer lugar estamos los exportadores, que estamos testeado todo” el cereal que ingresa en el mercado, explicó el directivo.
Idígoras dijo que se viene una cosecha importante, de 21 millones de toneladas en un mercado con buenos precios. “Es una gran oportunidad de una buena comercialización, tenemos registradas para cargar 2,5 millones de toneladas en diciembre y 3 millones de toneladas en enero a mercados asiáticos que costó mucho ganar y hay que defender”, estableció.
-¿Y qué pasa entonces si aparece un camión de trigo con HB4?
-En ese caso el camión será rechazado en puerto, será informado a las autoridades nacionales y en caso de haber un daño comercial al comprador se va sobre el vendedor con las acciones legales correspondientes y la recuperación de los daños correspondiente. Si el producto es harina de trigo, entiendo que también.
Con respecto a los análisis que se deberán hacer en el trigo para evitar que se mezcle el que tiene el gen HB4 con el convencional, el titular de las cerealeras señaló que significará un nuevo costo comercial que se descontará en el precio al productor.
“Efectivamente hay costos vinculados con el testeo, con las demoras en los resultados y con la lentitud de logística. Es un costo ‘fobbing’ que tiene que absorber la cadena. Algunos están haciendo PCR que llevan 24 a 48 horas y tienen un costo superior a los 10 mil pesos. Otros están desarrollando una tecnología que está en cebada, que es un escaneo de la mercadería. Seguramente van a aparecer en poco tiempo algunas empresas brindando servicios novedosos para agilizar y reducir costos”, indicó Idígoras.
El ejecutivo añadió que están recibiendo consultas en las que los compradores internacionales muestran su preocupación por esta situación y la aprobación en la Argentina de la variedad HB4, que sería la única transgénica en todo el mundo.
La recepción de esas preocupaciones “es cotidiana. Se han contactado compradores del sudeste asiático y por supuesto de Abitrigo que representa a la cámara de molinos de Brasil, con los que hablamos por última vez el viernes. Hay que entender que este es un mercado de trigo 100% no transgénico. No es lo mismo que en la soja o el maíz o el algodón”, explicó. En eseos cultivos sí se toleran los OGM.
Idígoras comparó la decisión argentina de ser el primer país del mundo que lanza al mercado un trigo transgénico con la actitud de “un chiquito que salió a decirle a los grandes que ahora vamos a ir por otro camino”.
-¿Y qué dijeron los molinos de Brasil?
-Nos dejaron en claro que no quieren trigo con HB4. En segundo lugar. han presentado una queja que probablemente se formalice en los próximos días una medida cautelar ante el Ministerio de Agricultura y el de Salud de Brasil, para tratar de suspender el proceso de aprobación de la harina de trigo en ese país, lo que marca una clara indicación de su decisión.
Me parece que Como Argentinos debemos apoyar a la Empresa Bioceres.
Admitimos todos los transgénicos desarrollados x ellos y las AUTORIDADES ARGENTINAS SE LOS APROBARON
YO, y mucha gente nos parece que alguna vez los Argentinos, apoyemos a las EMPRESAS ARGENTINAS