A pesar de todos los problemas que hubo este año para el comercio internacional y en particular para la venta de carne vacuna, el mercado mundial de ese alimento siguió creciendo y eso fue aprovechado por los países vecinos, que ocuparon el espacio que les dejó la Argentina al pone límites a sus embarques desde mayo de 2021.
El consultor Federico Santángelo explicó en una reciente jornada organizada por FIFRA (la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales) que “en los últimos días años el mercado de la carne vacuna creció al menos 75%, ya que pasó de 6 millones de toneladas comercializadas en 2012 a las poco más de 10 millones que se venderían este año”.
De todo ese proceso la Argentina tuvo un aprovechamiento muy parcial, porque las restricciones a las exportaciones se mantuvieron desde 2006 ,cuando Néstor Kirchner decidió el primer cierre de este siglo, y las exportaciones sólo funcionaron con normalidad en el gobierno de Mauricio Macri.
Este año, con el regreso del cepo mediante, la Argentina vuelve a desaprovechar una oportunidad que capturan Brasil y Uruguay.
Santángelo explicó que en el primer semestre de este año Brasil exportó por 932 mil toneladas peso embarque y Uruguay por 214 mil toneladas. En el primer caso hubo un crecimiento con relación al primer semestre del año pasado del 25%, mientras que para Uruguay el aumento fue de 19%.
En tanto, en la Argentina, donde rigen las restricciones oficiales, el aumento fue de 0,5% según indica el informe del IPCVA que se conoció la semana pasada. La situación fue compensada por la fuerte suba de los valores de la carne en el mercado internacional.
El analista dijo que el incremento de las ventas y el mayor valor de la tonelada derivaron en un incremento de la facturación de Brasil. El ingreso de divisas a ese país fue 6.200 millones de dólares, por lo que registró un aumento en el ingreso del 53%. A Uruguay el ingreso de dólares le mejoró en 56%. Argentina tuvo entre enero y junio una facturación por sus embarques de carne vacuna de 1765 millones de dólares. El crecimiento fue de 40% gracias a la mejora del precio medio de la tonelada exportada.
Las medidas que impulsa el gobierno, a esta altura queda más claro, llevan al desaprovechamiento del buen momento del mercado mundial. La industria no logra vender todo lo que podría. Pero además hay otro efecto negativo que complica la competitividad exportadora y el ingreso de los productores: el desdoblamiento cambiario y los derechos de exportación.
Santángelo indicó que mientras en Uruguay a la industria frigorífica el kilo de novillo en gancho le cuesta 5,20 dólares, en Argentina los frigoríficos tienen un costo de 4,60 dólares, “pero se trata de un dólar ficticio ya que el precio que recibe el productor no supera los 350 pesos el kilo vivo, lo que significan un dólar blue o financiero cuando además sus costos están valorados en muchos casos en función de esas cotizaciones y no de la oficial”.
En definitiva, las medidas que el gobierno tomó para controlar el precio de la carne y con ella a la inflación están castigando a la producción ganadera y al negocio de la industria frigorífica. Mientras tanto, el precio de la carne frena su ascenso como consecuencia de una alta oferta para un consumo pobre, lo que duraría hasta fin de año cuando otra vez el aumento de la carne volverá a ser noticia.