“Para las economías regionales, el nuevo escenario cambiario brinda algo de aire al productor para exportar”. Así de honesto arranca el comunicado de prensa con el que la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) informa de una nueva reunión que sus asociaciones productivas mantuvieron con el ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere.
De todos modos, a renglón seguido, el área de Economías Regionales de la CAME advirtió que, luego de la fuerte suba del dólar (la cotización se elevó más del 50% en el primer semestre del año) será necesario “controlar el aumento de costos de los insumos (agroquímicos, fertilizantes, combustibles)” para que no se coman paulatinamente el efecto positivo de la devaluación sobre la competitividad del sector, como ya sucedió en varias ocasiones en los últimos años.
También se pidió “continuar con las acciones que permitan mejoras de competitividad de largo plazo y que alivien el incremento de tarifas, presión tributaria y costos internos”.
CAME advirtió además que “resulta fundamental trabajar para incrementar la demanda en el mercado interno y aumentar la participación en el precio de venta final del producto, que actualmente ronda el 24%”.
Tras la reunión, Etchevehere declaró que “desde las diferentes áreas de Agroindustria como así también de los organismos descentralizados, estamos trabajando día a día para mejorar la competitividad estructural de las economías regionales”. Citó entre esas medidas la actuación de las llamadas “mesas de competitividad”, el programa de acceso a hubs logísticos en el mundo, y la eliminación de ciertas trabas que afectaban a las exportaciones de alimentos.
Pero nada como la disparada del dólar como factor que devolvió ciertos márgenes de competitividad a las denominadas economías regionales, en especial a aquellas más vinculadas a los mercados de exportación.
En este sentido, frente al inicio de un nuevo año agrícola, la evaluación de CAME está llena de contrastes. Muestra por un lado que “los productores deben comenzar un nuevo ciclo con costos que, en su mayoría, están dolarizados”, aunque también reconoce que “los ingresos también se mejoraron a partir de los cambios en la cotización del dólar para las producciones con destino de exportación”.
Esta ventaja inmediata provocada por la devaluación (por cada dólar vendido ingresan 29 pesos, en vez de los 19 pesos de principios de año), será vital para recuperar rentabilidad en las diferentes cadenas productivas “siempre y cuando no se traslade a precios domésticos, manteniéndose la ventaja del tipo de cambio”, aclaró el comunicado de CAME.
En ese sentido, frente a Etchevehere, los empresarios reclamaron como urgencias de la hora que el Estado actúe para reducir el impacto de las tarifas eléctricas en las Pymes, en especial en aquellos sectores que utilizan esa fuente de energía para regar sus cultivos. E insistieron en que se necesitan “mayores facilidades para acceder al financiamiento”, ya que es imposible tomar préstamos a las tasas vigentes del 40%.
A la reunión en Agroindustria asistieron la Federación Económica de Mendoza, la Federación del Citrus de Entre Ríos, el Centro de Agricultores Cañeros de Tucumán (CACTU), la Asociación de Productores de Alimentos del NOA, y la Asociación Correntina de Plantadores de Arroz.