Muchas veces la realidad supera la ficción. Los guionistas del Super agente 86 imaginaron las peores maldades cometidas por los despiadados hombres de Kaos, pero seguramente nunca nada como esto: una investigación de la Universidad de Iowa asegura que los rusos están detrás de muchas de las campañas anti transgénicos que aparecen publicadas en la Internet.
En efecto, una investigación de la Universidad Estatal de Iowa reveló que Moscú financia artículos que cuestionan la seguridad de los cultivos genéticamente modificados (OVGM), una disciplina científica en la que desde mediados de los noventa ha llevado la delantera Estados Unidos.
El estudio fue pensado para investigar la percepción pública sobre alimentos genéticamente modificados y analizó los comentarios en grandes medios de comunicación referidos al asunto. Fue conducido por el investigador Shawn Dorius, profesor asistente de sociología, y Carolyn Lawrence-Dill, del Departamento de Agronomía y Genética de la Universidad.
La investigación comenzó con un análisis de los comentarios de cinco sitios de grandes medios de comunicación: Fox News, CNN, Huffington Post, Breitbart News y MSNBC. En los Estados Unidos el 46% de los adultos no saben ni se interesan sobre si un alimento es o no transgénico. Y solo un 20% de la población se siente bien informada al respecto.
Mientras la investigación avanzaba sobre esos andariveles, la prensa local informaba de la actuación de los llamados “trolls” rusos en las redes sociales para influir en las elecciones de Estados Unidos. Entonces, Dorius y Carolyn decidieron incluir dos sitios en inglés financiados por Rusia en la encuesta: Rusia Today y Sputnik.
En ese contexto, los investigadores descubrieron que la palabra OGM era citada cinco veces más en los sitios rusos que en los cinco sitios americanos juntos.
De todos los artículos relacionados a los transgénicos encontrados en los siete sitios bajo estudio, los investigadores concluyeron que el 34% estaban en el sitio Rusia Today y el 19% estaban en el Sputnik. “Los dos sitios de noticias son estatales y defienden los intereses del gobierno ruso”, se recordó.
Entre los sitios estadounidenses estudiados, en tanto, el Huffington Post produjo los artículos más críticos a los transgénicos, seguido por la CNN. Mientras tanto, la Fox News produjo un contenido más equilibrado sobre el tema, según los investigadores. Breitbart News presentó poquísimo contenido sobre el tema, pero sólo posiciones favorables a los transgénicos.
En medio de estas teorías conspirativas, el Rusia Today y el Sputnik también hicieron un amplio uso de “caza-clic”, que es aquel contenido hecho especialmente para que los lectores hagan click en un enlace a otra página.
Por ejemplo, un artículo sobre el virus Zika contenía un enlace a otro artículo sobre los mosquitos transgénicos que podrían causar un brote de esa enfermedad. Esta estrategia se detectó sobre todo en Rusia Today, donde solo se encontraron artículos que describían a los transgénicos como algo negativo.
“Siempre hallamos esa cosa extraña que tiene que ver con que el término OGM era insertado a propósito como enlace en artículos que no tenía absolutamente nada que ver con el tema”, explicó Carolyn.
“El artículo podría ser sobre las cosas más horribles, como la pornografía infantil, o incluso polémicas, como el aborto, y siempre había un enlace sobre OGM. Entonces, en la mente del lector si hay algo colocado siempre en un ambiente negativo, entonces, por extensión, los OGMs deben ser algo negativo también”, razonó la investigadora.
La investigación no descubrió los motivos de la militancia de los rusos en contra de las transgénesis, pero los expertos de Iowa elucubraron dos teorías. Una sería porque simplemente quieren perjudicar los intereses de Estados Unidos y promover a Rusia en el mercado internacional de alimentos, ya que el gobierno moscovita tiene el objetivo de ser líder mundial en la exportación de orgánicos.
Un segundo motivo podría formar parte de una estrategia para fomentar la división de la sociedad americana.
Los Estados Unidos son los mayores productores del mundo de cultivos transgénicos, que a la vez están prohibidos en casi una docena de países, incluyendo a Rusia.