Por estas horas la provincia de Córdoba fue testigo de un hecho trágico. El turista chileno Juan Carlos Pegullo, de 76 años, falleció en la localidad de Los Reartes, en el Valle de Calamuchita, luego de ser picado por un enjambre de abejas. La situación ocurrió en una obra en construcción a la que el hombre había ingresado junto a su pareja, quien también sufrió picaduras y debió ser hospitalizada. La fiscalía a cargo de la investigación caratuló al hecho como “muerte de ideología dudosa”.
Ahora bien, ¿qué tan común son estas situaciones? ¿Las abejas son realmente peligrosas?
“Ningún tipo de abeja es agresiva. Ningún tipo de insecto vendrá a picarte porque se le ocurrió picarte. Lo que tienen es un sentido defensivo de su nido. La abeja, con su aguijón y veneno, tiene desarrollada esa defensa”, indicó a Bichos de Campo Alejandro Martín, apicultor y docente en la escuela de la Sociedad Argentina de Apicultores (SADA).
En nuestro país existen dos tipos de abejas. En la zona norte, específicamente en las provincias de Corrientes, Misiones, Formosa, Santiago del Estero y hasta en el norte de Córdoba, se encuentra la abeja africana o africanizada. Si bien no se la considera agresiva, sí se ha reconocido en ella un sentido de la defensa más exacerbado.
“Si te acercas mucho se puede sentir atacada y sale en cantidad. En los años setenta y ochenta había muchos lugares en los que se dejó de hacer apicultura con abeja africana porque vos por ahí pasabas con el tractor cerca de las colmenas y te acaban. Hubo muchas personas muertas”, relató Martín.
Es por esto que desde hace varios años los apicultores vienen trabajando en el mejoramiento genético para bajar la carga de estas abejas en la región norte del país. A través de la apicultura racional –aquella realizada en cajas- se han ido seleccionando líneas menos defensivas.
En las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires, en cambio, la abeja que se encuentra en mayor proporción es la europea, especialmente aquella de origen italiano.
“Esa es mucho menos defensiva y muy dócil. Vos pensá que en el país hay cuatro o cinco millones de colmenas y hay diez mil apicultores trabajando constantemente con abejas. Los nidos de abejas naturales en los arboles no son muy comunes”, afirmó el especialista.
¿Se puede hacer algo desde la apicultura para evitar situaciones de riesgo? La respuesta es sí. En aquellos casos en que se encuentre un panal muy cerca de una vivienda o en un lugar que represente un potencial riesgo para las personas, existe la posibilidad de contactar a algún apicultor para remover a las abejas.
“El apicultor es que el tiene la idoneidad para manejar la abeja y poder sacarla. El panal se corta y se pasa a colmenas racionales donde el apicultor desarrolla toda la actividad. Lo único que construye la abeja son panales de cera donde tiene la comida, a las crías, etc. La apicultura año a año mueve cientos de miles de colmenas. La abeja cuando sale encuentra un nuevo lugar y se adapta tranquilamente”, aseguró Martín.
Y si bien no existe ninguna técnica para evitar que una colmena se instale cerca de una casa, lo que sí se puede hacer como precaución es sellar cualquier hueco en que la abeja pueda instalarse.
“La abeja tiene un centímetro, donde encontró un huequito se empieza a meter y ahí vive después. Suelen buscar un espacio que les sea cómodo y grande, con una abertura chiquita, y generalmente a cierta distancia del piso. Pero después llega un momento en que buscan cualquier lugar”, señaló el apicultor.
-¿Qué tan comunes son los fallecimientos por picaduras de abejas?- le preguntamos a Martín.
-No son comunes. Puede ser que la persona tenga un grado de alergia muy alto, aunque es muy poca la población que es alérgica al veneno. A la mayoría de las personas se les hincha en el lugar de la picadura. Tiene que ser mucha la cantidad para que una persona que no sea alérgica tenga algún problema.
-¿Se trabaja de la misma manera con un nido de avispas que se encuentra cerca de una casa?
-No, es otra cosa. No se adaptan a un espacio como las abejas. La abeja se adapta a los cajones que hacemos. La avispa vive en su nido y ahí muere. El apicultor no la puede llevar a ningún lado y es más agresiva. En general lo que se hace es matarlas.
En caso de necesitas remover un nido de abejas, SADA tiene dos líneas telefónicas a disposición a través de las cuales se puede contactar a un apicultor. Las mismas son: 1131434964 y 1137034079.