Un domingo a la noche, desplazando a lo que iba a ser el debut del programa de Susana Giménez, frente a un Congreso semivacío donde denostó a la oposición y la tarea legislativa, el presidente Javier Milei presentó ideas de cómo será el proyecto de ley de Presupuesto 2025. Prometió un fuerte ajuste del gasto público para asegurar un superávit fiscal que, en algún momento que sigue sin determinar, permita reducir la presión impositiva sobre el sector privado. Eso sí, como para que ningún productor se entusiasme, condicionó cualquier medida en ese sentido al pago primero de los intereses de la deuda pública.
No hubo ninguna mención concreta en el discurso del Presidente al sector agropecuario. La única referencia indirecta a su reclamo histórico por la rebaja de retenciones -de lo que se esperaba alguna señal en este proyecto- fue una rápida referencia a los derechos de exportación como una posibilidad de tomar recursos de la clase política que históricamente apeló a mayor presión fiscal sobre los privados para desatender su obligación primaria de mantener un estado saneado.
Milei criticó, en ese sentido, “la compulsión inagotable de los políticos por el gasto público, que no conoce restricción presupuestaria alguna”.
“El político sabe perfectamente que cuando aumenta el gasto público le está poniendo plata en un bolsillo a la gente, para sacarle el doble por el otro. Por esto vetamos el proyecto de aumento del gasto público que sancionó este Congreso; y por eso vetaremos todos los proyectos que atenten contra el equilibrio fiscal”, desafió el presidente al Congreso Nacional, luego de los vetaos a la ley de actualización jubilatoria y la prometida para la ley de financiamiento universitario.
Según Milei, que anticipó un fuerte recorte en el gasto público ara 2025, el problema central de la Argentina radica en que “nos hemos acostumbrado a pensar al Estado Nacional como una niñera, que se tiene que hacer cargo de todo, desde darle de comer hasta entretener a cada ciudadano. Pero cuando un Estado se arroga tareas que no le competen, termina por incumplir las responsabilidades fundamentales que sí le corresponden”.
En este contexto, el titular del Poder Ejecutivo destacó que el proyecto de la ley de leyes para el año 2025 “va a cambiar la historia de nuestro país, ya que hoy vinimos aquí a ponerle un cepo al Estado”. Más adelante, añadió que la confección de los números gruesos del Estado Nacional se harán siguiendo una nueva metodología que “blinda el equilibrio fiscal sin importar lo que ocurra con la economía”.
Cuando todavía no se conocía la letra chica del proyecto, desde Economía se explicó sobre esa fórmula que los gastos del Estado el año que viene “pasan a ser variables en función de los ingresos”. Y el propio Milei se ocupó dos veces de recalcar que los ingresos se medirán previo cumplimiento del pago de los intereses de la deuda pública. Por lo tanto, quedó claro que esa será la prioridad y que, si acaso sobrara dinero, recién entonces se analziará la rebaja de impuestos al sector privado.
“El déficit siempre fue consecuencia de pensar primero cuánto gastar y después ver cómo financiarlo. Nosotros vamos a hacerlo al revés, pensando primero cuánto tenemos que ahorrar, para después ver cuánto podemos gastar”, aseguró.
“Lo fundamental que tiene que hacer un Estado Nacional es asegurar la estabilidad macroeconómica, las relaciones exteriores y el imperio de la ley. Punto. Cualquier otra cuestión puede resolverse a través del mercado, o es competencia de los gobiernos sub-nacionales”, resaltó Milei, para quien asegurar el déficit cero es la clave para recuperar la confianza, bajar el riesgo país, recuperar un escenario a favor de las inversiones del sector privado, y luego -en ese derrotero- reducir los índices de pobreza y exclusión.
En la presentación del proyecto de ley que incluirá los números finos previstos para 2025, tampoco hay mención explícita a una rebaja de retenciones reclamada por el sector. Por el contrario , queda más que claro que perdurarán y que incluso el Ehjecutivo espera que la recaudación por ese concepto se duplique: “Los ingresos impositivos de 2025 se proyectan en $71.212.561 millones (+29,4% frente al estimado para 2024), lo que representaría 9,3% del PBI. Dentro de estos, los más importantes son el Impuesto al Valor Agregado (IVA) neto de reintegros, que crecería 28,6%, el Impuesto a las Ganancias (+41,1%), el Impuesto a los Créditos y Débitos en
Cuentas Bancarias y Otras Operatorias (+34%) y los Derechos de Exportación (+100,4%)”.
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