En el sur de Misiones hay artesanas que elaboran sus productos con lana que antes se descartaba porque no tenía mercado ni uso conocido. Pertenecen a un programa llamado Cuenca Ovina, que busca apoyar a los productores de ovejas de la región.
El grupo de mujeres artesanas se llama Lanas de Misiones y representa una iniciativa única en la provincia para utilizar algo que hasta este momento se quemaba: la lana de las ovejas que se crían en la zona. Misiones, es una provincia de clima muy cálido y allí se crían ovejas de baja calidad lanera. De la esquila se obtiene una fibra muy gruesa y corta, que tiene mínimo valor comercial y hasta suele ser un dolor de cabeza para los productores.
Para este gran cambio -aprovechar la lana- la capacitación fue la clave. Las integrantes del grupo recibieron entrenamiento para trabajar la lana y hacer fieltro con el apoyo del Municipio de Profundidad, del INTA y de la Universidad de Oberá. Este equipo de trabajo estuvo a cargo de diseñar los prototipos de las máquinas necesarias para procesar la materia prima, como la cardadora, y las mesas de trabajo.
Otro impulso fue el desarrollo de la Cuenca Ovina del Sur de Misiones, proyecto que apoya a los productores ovinos de la zona e impulsa la cría de animales doble propósito. Cuenta con la participación del INTA y diversos organismo provinciales como el Instituto de Fomento de la Agricultura e Industria de Misiones (IFAI), el Ministerio del Agro y la Secretaría de Agricultura Familiar, entre otros.
Rosa da Silva es la vocera del grupo y cuenta:
“Hace ya 6 años que trabajamos 8 mujeres en este taller Son 4 del municipio de Fachinal, que se dedican a los hilados, y otras 4 de Profundidad, que producen paños de fieltro y hacen el teñido”.
“Antes de la iniciativa del grupo de Cuenca Ovina del Sur de Misiones esta lana se quemaba. Ahora nos hemos capacitado y la materia prima se convierte en productos con los que complementamos nuestra economía familiar. Hacemos elementos de decoración, manoplas, mandriles para el caballo, almohadones, sombreros, carteras y chalecos”.
“Esta lana es de pelo corto pero tiene mucha utilidad, hasta se puede poner en la huerta para mantener la humedad de las plantas. Lo que pasa es que no se usaba porque nadie sabía que se podían hacer todas estas cosas”.
“Nos juntamos a trabajar los martes y viernes y algunas compañeras trabajan desde la casa por los chicos”.
“Lo más posible usamos tinturas naturales y teñimos con yerba mate, cáscara de lapacho, cáscara de cebolla y repollo colorado”.
“Tenemos la intención de llevar nuestros productos al Mercado Concentrador de Posadas (una especie de Mercado Central donde el productor le vende directamente al consumidor) y mientras tanto vendemos en ferias y por Facebook. Ya tenemos todo hecho para convertirnos formalmente en una cooperativa, sólo falta terminar el trámite en Buenos Aires”.