La comercialización de soja 2023/24 en la Argentina sigue en niveles muy bajos en términos históricos cuando faltan pocas semanas para el inicio de la cosecha del cultivo de primera.
El último dato oficial disponible, correspondiente al pasado 7 de febrero, mostraba que los productores habían vendido por anticipado 5,60 millones de toneladas de soja 2023/24, de las cuales 4,89 millones tenían “precio abierto” en el marco de operaciones “a fijar”.
Es decir que existen apenas poco mas de 700.000 toneladas de soja 2023/24 comercializadas con precio cierto, lo que no representa una buena noticia en la actual coyuntura bajista de precios.
Con el impacto de la “mini sequía” registrada en el primer tramo del presente mes de febrero, son pocos los que se animan a proyectar números de la cosecha argentina de soja. El primer paso en ese sentido lo dio el consultor agrícola Pablo Adreani, quien estima que la producción de la oleaginosa no superará este año las 40 millones de toneladas.
Considerando esa estimación preliminar, lo comercializado hasta ahora de soja 2023/24 representaría un 14,0% de la cosecha, cuando el año pasado, para la misma fecha, esa proporción era del 16,6% si se toma el dato de cosecha 2022723 de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (21 millones de toneladas).
Es decir: el hecho de que el ritmo de comercialización de soja sea inferior al registrado un año atrás, cuando ya estaba claro que se venía un desastre climático épico, representa una señal de alarma importante.
Si a eso le sumamos las distorsiones cambiarias aún vigentes y un tipo de cambio que está a un paso de perder casi toda la competitividad ganada luego de la devaluación instrumentada en diciembre pasado, entonces tenemos el “combo” perfecto para garantizar un flujo comercial lentísimo –más propio de una tortuga que de una gacela– del principal cultivo argentino en el transcurso de la campaña comercial 2023/24
Los datos, junto con la historia reciente, muestran que los empresarios agrícolas argentinos priorizan los cereales para hacer “caja” y conservan hasta último momento las partidas de soja a modo de preservación del capital de trabajo.