La violenta toma de ganancias emprendida por fondos corporativos y de inversión sigue promoviendo bajas en los valores de la mayor parte de los contratos de futuros de commodities, entre los cuales, obviamente, se encuentran los productos agroindustriales.
La liquidación de activos que se viene dando en las últimas jornadas, si bien ya es más profunda que la registrada a fines del año pasado, es esperable luego de las alzas bestiales que se registraron a partir de la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
Desde comienzos del presente año el progresivo posicionamiento de fondos corporativos en contratos y carteras de commodities se profundizó en línea con la progresiva desvalorización del dólar estadounidense, el cual, al tratarse del patrón monetario global, requiere coberturas en materias primas básicas (commodities) para proteger el capital de la inflación.
Y, en ese sentido, los que apostaron a materias primas no se equivocaron: esta semana se conoció que la inflación minorista en EE.UU. llegó al 7,5% anual, el nivel más elevado desde febrero de 1982.
Al observar la evolución del Bloomberg Commodity Indec Total Return –uno de los tantos índices de materias primas integrados por futuros energéticos, agroindustriales y metalíferos–, es posible advertir que desde la invasión de Ucrania el proceso de posicionamiento en commodities se potenció de manera frenética.
Vale remarcar que la toma de ganancias reciente, que afecta las cotizaciones de los productos agroindustriales exportados por las naciones del Mercosur, es insignificante si el fenómeno se observa con la situación ocurrida en el último lustro.
La única hipótesis que, por el momento, podría provocar una disrupción profunda en el mercado de commodities es una invasión de Taiwán por parte de China, un episodio que, tal como ocurrió en el caso ruso-ucraniano, podría tener derivaciones complejas e imponderables a la fecha.