La Argentina se embarcó desde mediados de marzo en una nueva campaña limonera, que por desgracia no se viene desarrollando conforme a lo esperado. Las importantes lluvias registradas durante las últimas semanas están demorando la cosecha y el sector teme el impacto que eso tendrá tanto en la industrialización como en la exportación de fruta fresca.
“En abril llovió el 70% de los días. Eso va a terminar afectado la calidad de la fruta, por lo que los volúmenes a exportar seguramente serán menores. Y como no se puede cosechar, el proceso viene demorado también para la industria. Así, la campaña viene con un retraso que comprime a la zafra limonera, y que más adelante supondrá alguna congestión de oferta de fruta para ser procesada”, explicó Pablo Padilla, presidente de la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (ACNOA), a Bichos de Campo.
De acuerdo con los datos de la Estación Experimental Obispo Colombres, el NOA puede esperar una producción similar a la del año pasado en torno a 1.700.000 toneladas. De ese total, unas 200 mil toneladas de fruta fresca se destinarían a la exportación, unas 140 a 150 mil toneladas al mercado interno, y las 1.400.000 toneladas restantes se procesarían para obtener desde jugo hasta aceite, esencia y cáscara de limón, subproductos industriales muy demandados.
“Las lluvias no harán que el volumen baje. Lo que bajan son los días útiles de trabajo. Posiblemente, por acortamiento de la campaña por estos días perdidos, lo que suceda es que no se llegue a procesar toda la fruta. Eso afectará a todos los eslabones por igual”, indicó Padilla.
En este punto es clave recordar el ajuste de superficie que el sector experimento en los últimos meses donde, según estimaciones de ACNOA, se perdieron 6.500 hectáreas productivas y 12.000 quedaron sin mantenimiento ante la imposibilidad de afrontar los costos.
“Se estima que habrá unas 120 a 150 mil toneladas de limón que no se cosecharán de estas hectáreas que, según se visualizaron a través de imágenes satelitales de la Estación Experimental, no han sido mantenidas correctamente. De todas formas, el impacto de esto y de la superficie que salió del circuito lo vamos a ver realmente al final de campaña”, reconoció el productor.
Otro punto clave tiene que ver con el precio de la fruta, que tanto para su venta en fresco como para los derivados industriales vienen a la baja.
“Los precios del sector en los derivados industriales no son buenos. Ya hace dos o tres años que el sector está en crisis por una caída de precios sostenida, a causa de una sobreoferta mundial de derivados”, señaló Padilla.
“En lo que es fruta fresca el mercado europeo está muy complicado por el momento, por la gran afluencia de fruta local de España, y por la competencia de Sudáfrica. Por ese motivo Argentina seguramente bajará su participación. Por otro lado, Rusia se está desarrollando de forma normal, siendo un mercado importante para nosotros, y en Estados Unidos vemos alguna oportunidad por una caída de la producción de California. De todos modos esperamos que los volúmenes enviados a ese país sean similares a los del año pasado”, añadió a continuación.
En cuanto a la amenaza que supone el HLB para el sector limonero, Padilla llevó tranquilidad: “La preocupación sigue vigente pero los planes de trabajo, monitoreo y control están siempre presentes. El sector sigue aportando, a pesar de la crisis varios millones de pesos para poder mantener al NOA como área protegida contra esta plaga”, señaló.
Hay que recordar que el NOA es considerada una zona libre de esta enfermedad y se divide en dos subregiones: en las provincias de Tucumán y Catamarca no hay presencia de HLB ni del vector que la transmite, que es la diaforina; y en las provincias de Salta y Jujuy tampoco hay presencia de la enfermedad aunque sí del insecto vector.
“La cooperación con Senasa es perfecta, trabajamos codo a codo. AFINOA, que es la asociación fitosanitaria de NOA, es un ente fitosanitario que está encargado del programa de certificación de exportación de fruta fresca y del sistema de barrera y protección para toda la región del NOA contra HLB y otras enfermedades. Los programas están vigentes, son financiados por el sector privado principalmente y están funcionando correctamente”, concluyó Padilla.