La Bolsa de Comercio de Rosario difundió su informe mensual con estadísticas agrícolas según el cual la siembra de soja sería de 17 millones de hectáreas, es decir un 1 millón más que en la campaña previa. Así la oleaginosa cortará una racha de varios años en caída.
“Ese crecimiento se da porque se está recurriendo al Plan B de los agricultores, la soja, porque en realidad lo que prefieren es hacer maíz”, apuntó Cristian Russo, coordinador de la Red Gea de la BCR, de dónde surgen estas estimaciones. Para el experto, la preferencia por el maíz se debe a que los chacareros “le encontraron la vuelta y pueden lograr buenos rindes, mientras que con la soja es más complicado tener un buen resultado”.
Suena curioso, porque la soja y sus derivados son los que más dólares comerciales, divisas genuinas, aportan a la economía argentina. Pero el productor en los últimos años apostó menos por este cultivo, que se volvió más riesgoso pese a que el costo por hectárea es mucho menor al del maíz, porque requiere menos gasto en insumos.
Según Russo, hay diferentes cuestiones que impulsan el cambio de tendencia. “En primer lugar en los últimos años se introdujo mucha tecnología que mejoró el potencial de rinde del cereal, nuevos híbridos que rindieron muy bien. En segundo término, la soja tiene el continuo problema de las malezas (resistencia a herbicidas) al que no se le encuentra la vuelta. Y en tercer lugar incide mucho el descuento por derechos de exportación, que son de 33% contra el 12% que se aplica al maíz”.
Ante este escenario, y tras probar los mejores resultados del maíz, el área con el cereal fue ganando terrero hasta superar las 8 millones de hectáreas. “Lo que nos dicen los productores que es mucho más factible conseguir rindes de 120 quintales de maíz que llegar a los 50 quintales en soja” dijo Russo.
“Al analizar la evolución de los rindes medios para la región núcleo en los últimos 14 años, sin contar los del ciclo 2022/23 muy afectado por la seca, la recta de regresión arroja una tasa de incremento que es contundentemente a favor del maíz”, añadió el especialista.
Así las cosas, la tasa de crecimiento del maíz es de 1 quintal por año contra 0,4 quintales en el caso de la soja. El gráfico que difundieron desde la Red GEA le da la razón a los técnicos y productores que sostienen que “el rinde de soja está estancado”.
Según Russo, el factor que más incide en ese freno al crecimiento de la productividad sojera es la falta de llegada de nuevas variedades. “El potencial de rinde la semilla es lo que más incide para que los productores se inclinen por el maíz”, concluyó.
Hola buenos días, me asombra como el campo se trasladó a un laboratorio, eso es evolucion…..!!! Felicitaciones a toda la gente del campo, por la convicción y fuerza de tracción, para entender que lo que está por venir, será mejor que lo pasado.