Dicen que la Argentina es un país joven, pero su primera entidad empresaria, la Sociedad Rural Argentina (SRA), está comenzando la celebración de sus 160 años, que se conmemora en 2026. Toda esa historia, con sus buenas y sus malas, derramó Nicolás Pino, el presidente de la entidad, en un cóctel que reunió a lo más granado de la política nacional, con varios gobernadores presentes y medio gabinete nacional. Y sin embargo, poco fue lo que dejó para el agro tanta presencia de políticos.
Inevitable sacar chapa de ser la organización empresaria que sentó las bases de esta maltrecha república. “En tiempos donde recién nacía nuestra Patria, un grupo de visionarios soñó con una Nación grande. Anhelaron un lugar donde establecerse, poder crecer, formar una familia y fundamentalmente generar arraigo. Todos ellos proyectaron servir a la Patria cultivando el suelo. De esta manera, hace 160 años nació la Sociedad Rural Argentina. Con el correr del tiempo la Rural fue ganando prestigio, gracias a que los pioneros comprendieron que el desarrollo del agro iba de la mano con el progreso de la Nación”, comenzó Pino su discurso, bastante despojado de estridencias.

En el restaurante central de Palermo, Pino hablaba y lo secundaban sus tres compañeros en la Mesa de Enlace: los presidentes de CRA, Coninagro y Federación Agraria. Pino brindaba y levantaban sus copas los delegados de la SRA en todo el país. Pino se plantó en el escenario y lo escucharon con atención los ministros Manuel Adorni, Sandra Petovello, Patricia Bullrich, Luis Petri y Diego Santilli, entre otros altos funcionarios. El presidente Javier Milei, de viaje por Miami, no pudo ser esta vez de la partida.
“Aquel ideal ponía en valor dos ideas centrales que hoy siguen transformándose en guía para todos los que formamos parte de esta gran familia que es la Sociedad Rural Argentina: la tierra como factor de identidad y por otro lado la producción rural como motor del país. Desde aquellos años y hasta nuestros días, ese lema es nuestra guía. Porque cultivar el suelo es servir a la Patria, y hacerlo con convencimiento, compromiso, y pasión, fue y es el camino para seguir marcando el rumbo”, dijo el ruralista, que on ese párrafo sembró para cosechar aplausos.
El gobernador de Córdoba, el de Santa Fe, el de Chubut… Y seguía el desfile de invitados que aprovecharon una pequeña escenografía montada en la entrada del lugar para sacarse una foto con el dueño de casa. Alguno dirá también, con el dueño de la Argentina.
“A lo largo del tiempo, defendimos con mucho ímpetu los intereses de todos los que producen, generan trabajo y alimentan al país y al mundo, y especialmente porque somos reconocidos en todo el planeta como gente de trabajo, resilientes, innovadores y apasionados por lo que hacemos día a día más allá de las adversidades”, sacó chapa Pino de ser la más antigua gremial empresaria de la Argentina.

Pero también tuvo un gesto, importante, que suavizó las cosas y devolvió a la Rural al lugar exacto que tiene en una Argentina que hoy es mucho más variopinta y, en medio de intereses cruzados, colocó al campo casi en el fondo del armario. Fue humano Pino cuando reconoció: “En el pasado la institución ha sido cuestionada por su relación con determinados sectores del poder económico y político. Reconocer dichas tensiones no debilita la celebración, sino por el contrario: nos hace un llamado a la reflexión sobre el papel de la Sociedad Rural Argentina en los próximos años, para acercarla cada vez más a la sociedad. Esto último, es algo que en nuestra gestión hemos trabajado desde un primer momento y lo seguiremos haciendo, porque también es parte del mandato de los socios”.
“La historia nos respalda, el futuro nos convoca”, lanzó luego una consigna al viento, para dar inicio a las celebraciones por el 160° aniversario de la entidad, que seguirá todo el año que viene.
“El desafío, para esta y para las futuras conducciones de la Rural, será no solo sostener el legado, sino construir entre todos una Argentina más productiva, sostenible, integrada y federal”, terminó el más humano y democrático de los presidentes de la organización empresaria del agro, matarife de profesión, sin campos propios. Como para pellizcarse, Pino pidió por una Argentina “que nos abrace a todos”.

Luego cedió la palabra al jefe de Gabinete. Adorni sabía que jugaba con cancha a favor y por eso sobreactuó sus declaraciones. “Por primera vez en muchos años, este gobierno no le da, ni le va a dar, la espalda al sector agropecuario”, dijo. Y añadió: “El camino para que trabajen en libertad solo va a llegar de la mano de las reformas estructurales: el equilibrio fiscal; aprobar la reforma tributaria, que va a eliminar 20 impuesto; y aprobar la reforma penal para que se respete la propiedad privada”.
Para cerrar, el Ministro dijo: “Este es el camino de valores, que tuvieron sus abuelos cuando fundaron la SRA, y que queremos seguir para volver a hacer grande a la Argentina”.
Mañana, Pino se volverá a ver las caras con funcionarios del gobierno nacional en la zona inundada de 9 de Julio, que el gobierno nacional se acordó ahora, luego de nueve meses, de socorrer con medidas. Será la ministra Bullrich la que dará la cara en una reunión con productores en la sociedad rural local, donde seguramente no faltarán las quejas de los productores por la sensación de abandono -de parte de toda la política- que se sintió estos meses.
Antes del brindis con los presentes, el jefe de Gabinete anticipó algunas medidas de auxilio: el despliegue de maquinaria y la donación de 1 millón de litros de gasoil para que estas puedan moverse por los caminos anegados, para restablecer las vías físicas de conexión. También avisó el ministro Adorni que el gobierno prorrogará hasta febrero de 2026 la declaración de emergencia agropecuaria en la zona afectada.
Frente a 160 años de historia, la nada misma. Y mucho menos frente a la realidad cruda de los campos inundados desde hace meses.
Pero así se construyó la historia argentina, de brindis, salutaciones y simular que somos todos parte de una misma Nación, aunque importe en realidad muy poco lo que le suceda al de al lado.





