Recorriendo la ruta del bidón, hemos conocido como arranca el proceso de recuperación con el triple lavado, luego cada una de los centros y formas de acopio (en los PAT y CAT), hasta completar el circuito de reciclaje y convertirse ese envase en un poste o cualquier otro objeto. Todo este derrotero está regulado bajo la Ley 27.279, sancionada en 2016 y reglamentada un par de años después. Bastante ha llovido desde entonces y si bien no todo ha sido color de rosa, ya se cosechan algunos frutos.
En cifras concretas se han recuperado alrededor de 10 millones de kilos de plástico. Gran parte del mérito se ha debido al constante trabajo de la organización CampoLimpio. La entidad ya ha habilitado a lo largo y ancho del país más de 70 Centros de Almacenamiento Transitorio (CAT), y es la responsable de instrumentar el sistema para recuperar los envases vacíos de fitosanitarios de los campos argentinos, sobre la base de la sustentabilidad y el cuidado del medio ambiento
Pero CampoLimpio no es algo abstracto. Se trata de una estructura compuesta de 60 personas distribuidas en distintas áreas y que se ocupan de diferentes tareas. Entre estas, se destacan quienes tienen a su cargo la tarea de concientizar al productor para que de una vez abandone la nociva práctica de enterrar o quemar estos envases dentro de su finca, y en cambio tome la decisión de lavarlos y llevarlos al comienzo de la ruta del reciclaje. Gracias a ellos se se ha llegado a capacitar a unas 100.000 personas en todas las provincias.
En los territorios donde se da esta lucha, Facundo González es el coordinador de la organización en la zona de Cuyo y Patagonia. Desde que empezó ese trabajo hace algunos años, contó, “la idea es poder llegar a todos los productores y poner el sistema de gestión de envases vacíos de fitosanitarios, en funcionamiento. El trabajo inicial fue muy importante y desde que se promulgó la ley se armó un sistema de gestión para cada una de las provincias. Se designaron las autoridades competentes y cada sistema de gestión fue adaptado para cada situación regional”, explicó.
“Nos dividimos por áreas. El área regional es una. Está el área de logística, que hace que en todo el territorio del país los envases puedan ir desde los CAT hacia los centros de recupero y los centros de reciclado y, a su vez son los que se encargan de poner los camiones en aquellos lugares donde hacemos las campañas. Está el área de infraestructura, que también se encarga de la construcción de los CAT y poner en el territorio aquellas cuestiones legales que tienen que ver con cuestiones municipales”, enumeró González..
Bichos de Campo conversó con el funcionario de CampoLimipio en el CAT Tupungato de Valle de Uco, en la provincia de Mendoza. Mirá la entrevista completa aquí:
La organización es integrada por las empresas socias de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe) y de la Cámara de la Industria de Fertilizantes y Agroquímicos (Ciafa), y debió “armar de cero” el sistema de recuperación de bidones en la mayoría de las provincias. esta tarea, relató Facundo, se hizo “siempre teniendo en cuenta la realidad territorial y regional de cada uno de los lugares. Esa era la mejor manera para poder interactuar y cohesionar entre una ley nacional y leyes provinciales vigentes, porque cada provincia tiene su legislación particular “, afirmó.
Esta ley de recuperación de envases de fitosanitarios es de alcance nacional y por eso solo “establece presupuesto mínimos”. Pero en materia ambiental cada provincia puede decidir la receta final. y por eso razón les toca adaptan los planes originales que comprende el sistema de gestión de esos envases vacíos. Por eso las estrategias de CampoLimpio van cambiando según cada jurisdicción y por eso también todavía existen provincias que no tienen CAT habilitados.
Peor una vez que CampoLimpio acuerda los modos de trabajo con cada gobierno provincial, se habilitan los Centros de Acopio (CAT) y se organizan “campañas” de recolección. “En coordinación con las autoridades locales y empresas, del sector e instituciones, en distintas localidades, se arma exactamente una campaña donde básicamente se coloca un camión. Previamente se arma una difusión con los actores y de esa manera los productores que están alejados de estos centros de acopio tienen la posibilidad de poder entregar los envases vacíos triple lavados y perforados”.
-¿Hasta el momento están conformes con lo logrado? ¿Es mucho o poco lo que han recuperado?
-Arrancamos con 200.000 kilos allá por el 2019 y hoy estamos en 10 millones de kilos. Y por supuesto que queda un espacio por recorrer totalmente vasto. En muchos lugares tenemos que seguir llegando con capacitaciones, con concientización que hacemos en conjunto con el área de comunicación. Las capacitaciones a productores, a escuelas, a distintos actores del sector, entendiendo que estamos dentro de un sistema que propende al cuidado de la salud, al cuidado del ambiente.
-Hablaste de concientización. ¿Cuál es el mensaje al productor para que se comprometa a entregar sus bidones?
-El argumento central es el cuidado del ambiente y el cuidado de la salud. Y esto es un tema de salud. Es una cuestión de responsabilidad social y responsabilidad ambiental. Transmitimos que no es lo mismo dejar un envase, tirarlo, que poder recuperarlo con los distintos métodos de reciclado. Por eso la importancia del triple lavado y por eso la importancia de sacar este pasivo ambiental. Ese envase que se recupera es un envase que no está tirado en el campo, es un envase que no está tirado al lado de una acequia, que no está tirado al lado de un tanque de agua para el consumo de animales o bien el consumo las personas.
-Mendoza es una de las provincias más evolucionadas con esta movida. ¿Hay territorios más difíciles donde todavía Campo limpio no pudo avanzar con la aplicación de la ley?
-Hay provincias y complejidades diversas. En realidad la instalación del sistema en sí mismo es complejo porque es algo que no existía. Entonces no tenemos un parámetro, porque en Argentina no había algo parecido. La verdad que la envergadura del CampoLimpio a nivel nacional y el despliegue es muy amplio. Hay algunas provincias donde todavía falta la aprobación del Plan por distintos motivos. Pero es bastante complejo, porque cada provincia tiene su particularidad. Lo complejo no lo hace imposible. Además hay una diversidad productiva tan vasta y amplia, como nuestro territorio argentino.
-Ustedes van tratando de vencer las resistencias culturales o institucional que puedan ir encontrando…
–Absolutamente. Entendemos que todavía estamos en medio de un despliegue. Nosotros en territorio somos el nexo entre la parte institucional en su conjunto, hasta llegar al productor. Nos acercamos al productor para que cada vez tengamos un mejor recupero y que los 10 millones de kilos se transformen en el mediano y corto plazo en muchísimos más kilos.
-¿Hay conciencia de la clase política en cada territorios para acompañar la movida?
–Hay conocimiento diverso. Una de las funciones que tenemos y que llevamos adelante es poner en conocimiento que existe CampoLimpio, que existe una ley. El uso de los fitosanitarios es una realidad y ante esa realidad hay que concientizar. Realmente cuando se entiende (los políticos locales) se apropian de algo que en definitiva es el cuidado del ambiente y trasciende a CampoLimpio. Cuando trasciende, se hace propio. Bueno, en ese sentido estamos trabajando.