Un día Néstor Kirchner estuvo en la Exposición Rural de Palermo y fue ovacionado. Dijo en aquella ocasión, un par de días después del acto inaugural al que fue invitado pero no fue, que él jamas “le había mentido” al campo. La gente deliraba. Era 2003 y Néstor era Gardel. Todos los indicadores de rentabilidad del sector se iban a las nubes. Eduardo Duhalde se empezaba a preguntar si había elegido bien.
En 2004 la rentabilidad del sector agrícola (sobre todo, devaluación mediante) andaba afilada. Kirchner visitó la Exposición junto con el ministro del Interior, Aníbal Fernández; el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli; y el secretario de Agricultura, Miguel Campos. Tan bien andaba la pampa húmeda que no tenía necesidad de mentir: “No puedo dar una fecha por las retenciones. Estamos discutiendo temas muy importantes. Por eso, tomar determinaciones de este tipo no es posible en este tiempo”, decía. Y casi nadie protestaba.
En 2005 Campos seguía siendo secretario de Agricultura. Pero el que habló en el acto inaugural y cosechó aplausos fue el subsecretario Javier De Urquiza, un santacruceño. La platea igual aplaudió, porque la mayoría todavía ganaba bastante dinero con la actividad y ya estaban comenzando a subir los precios de la soja. Solo se escucharon algunos silbidos aislados para Kirchner, que ese año dejó de asistir a la exposición. Unos meses después, Roberto Lavagna dejaba el Ministerio de Economía insinuando corrupción en el área de Planificación que comandaba Julio De Vido.
En 2006 el clima era tenso: en marzo el presidente Kirchner había ordenado cerrar las exportaciones de carne y ya hurgaba por la zona el que luego sería conocido por todos: Guillermo Moreno. Para la Rural Néstor dio la orden de que no hubiera funcionarios del gobierno. La ceremonia fue tan aburrida que casi no quedan registros en Youtube.
En 2007 Mauricio Macri lamentó la ausencia de Kirchner en el acto inaugural de Palermo, mientras Luciano Miguens aburría con su tono monocorde. No hubo presencia oficial por segunda vez en la historia. Los paros agropecuarios (testimoniales) se sucedían. No se pierdan a Luciano con su frase de muletilla: “No somos formadores de precios”, decía.
En 2008 el conflicto con el campo ya había estallado y no tendría retorno, Miguens pensó que iba a abrir la muestra en soledad, pero las tribunas de Palermo reclamaban la presencia del nuevo ídolo de los chacareros y de los autoconvocados, el entrerriao Alfredo De Angeli. Ya era presidente Cirstina Kirchner. O presidenta, que es lo mismo pero distinto.
Alfredo denunció ese día que por primera vez el Gobierno no había dejado participar al Inta de la Rural. Y dijo aquello de que la Argentina se va a recuperar con el campo, pero nunca sin el campo y menos contra el campo.
El resto es una historia de porquería… La historia de cuando lo normal deja de ser normal. Y cuando los semejantes comienzan a verse como enemigos.