Habrá pues que felicitar a los integrantes del Comando de Prevención Rural Ramallo, de la policía bonaerense, por el operativo del cual fueron protagonistas en las ultimas horas, y que no es nada habitual, porque en la Argentina agropecuaria muchas veces tendemos a normalizar cosas que no son normales y hasta a justificarlas. Y están mal.
Claramente está mal el acopio de bidones de agroquímicos utilizados en los campos y la venta de ese plástico a un circuito informal de reciclado, que no siempre toma las debidas prevenciones ni exige a sus proveedores cosas tan elementales como el triple lavado. Pero como en el campo esa es una actividad habitual, lo más normal es que los transportes cargados de bidones pasen de largo, y que nadie les pregunte nada.
Pero la existencia de este comercio ilegal es una de las principales competencias que soporta el sistema formal de acopio, acondicionamiento y reciclaje de esos plásticos encarado hace ya varios años por la Fundación Campo Limpio. En ese esquema, los productores realizan el triple lavado de los bidones y los perforan para que nadie más pueda reutilizarlos, llevan (y no venden) sus residuos a un centro de acopio y éste se encarga de entregar ese plástico a un reciclador que asegura darle un destino adecuado. Así las cosas, ese material reciclado no termina en un juguete para bebés o en una cucharita de helado.
Después de la moralina, necesaria, viene la buena noticia: la policía rural de Ramallo no naturalizó la presencia de una camioneta con acoplado que viajaba cargada de bidones vacíos (cerca de un millar) por la Ruta Provincial 51, a la altura del kilómetro 15 (carril La Violeta-Ramallo). Y por eso pidió papeles y explicaciones. Como no había, el resultado fue la detención de dos hombres que trasladaban esa carga y el inicio de una causa judicial
“Los envases, transportados en una camioneta con carro de arrastre, no cumplían con los requisitos ambientales establecidos por la normativa nacional: triple lavado, perforación y documentación de procedencia y destino. Además, los sospechosos -ambos oriundos de Rosario- carecían de remitos y habilitaciones obligatorias para su traslado”, fue la información tras ese operativo.
La Policía explicó que los detenidos dijeron dirigirse a un centro de tratamiento en Rosario, pero no pudieron acreditar turno ni autorización del Centro de Almacenamiento Transitorio (CAT) Campo Limpio del Parque Industrial COMIRSA de Ramallo, donde deberían haberse acopiado estos residuos peligrosos.

“Los bidones de fitosanitarios pueden conservar restos tóxicos en su interior. Si son desviados del circuito legal y reutilizados en productos cotidianos incrementan la exposición de la población a sustancias altamente contaminantes. Por eso, el control y la trazabilidad de estos envases es clave para proteger la salud pública y el ambiente en zonas agrícolas como Ramallo y la región”, explicó la fuerza pública.
Tras la intervención policial, los individuos quedaron a disposición de la Ayudantía Fiscal de Ramallo y los envases fueron secuestrados para su gestión segura en el CAT Zonal correspondiente
“Estamos ante una infracción seria, porque estos envases deben tener un tratamiento especial y trazabilidad. No sólo está en juego el cumplimiento de la ley, sino la salud pública y el cuidado ambiental”, señalaron fuentes cercanas a la investigación a las que hay que felicitar, porque no naturalizaron las cosas.




