Con cada campaña agrícola, se ponen en marca cientos de motores que son los que hacen las labores como siembra, pulverización, cosecha, y el posterior transporte de los granos a puerto o a industria. Toda esa maquinaria que pone en marcha el sector agropecuario, demanda combustible, uno de los insumos claves para la generación de granos.
Este año, la proyección creciente de producción de maíz y girasol, prevé un mayor consumo de combustible. Para la campaña en ciernes, se estima que la cadena granaria utilizará 4,2% más gasoil, lo que ubica al consumo en récord histórico.
El relevamiento surge de un estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario, quienes además estimaron que llegarían a consumir 2.324 millones de litros, equivalentes a 2.579 millones de dólares, como valor estimado para la generación de los granos en la próxima campaña, exceptuando de este valor al proceso de industrialización de las materias primas.
Cruzando los datos entre la producción agrícola y lo que se espera de consumo de combustible, los analistas de Rosario explicaron que la campaña 2025/26 se perfila como una de las de mayor superficie sembrada en la historia del país. Los perfiles de agua en los suelos durante el comienzo de las ventanas de siembra de maíz temprano y de soja de primera presentarían las mejores condiciones de los últimos cinco años, luego de cuatro niñas consecutivas que generaron una menor disponibilidad hídrica durante las campañas precedentes.
En el terreno productivo, la entidad santafesina proyecta que en la campaña 2025/26 el área sembrada con soja, maíz, girasol, sorgo, arroz, maní, trigo, avena, centeno, cebada, alpiste, cártamo, colza, lino y trigo candeal ascienda a 41,1 millones de hectáreas. Esta superficie sería la segunda mayor en los registros, apenas un 0,5% por debajo del récord de 41,3 Mt alcanzado en el ciclo 2024/25.
En base a datos de superficie sembrada con los distintos granos, y teniendo en cuenta consumos promedio para actividades específicas como siembra, cosecha, laboreo, movimientos internos y transporte de insumos, puede realizarse una estimación sobre el consumo de gasoil que se realizaría durante el proceso de producción en la campaña 2025/26.
“De este modo, el consumo de gasoil en el proceso productivo para la campaña 2024/25 podría ubicarse en 1.028 millones de litros, en línea con el ciclo pasado, pero con cambios en la composición interna de cuánto es insumido por cada grano”, explicaron desde la BCR.
Por la menor superficie que se espera en la siembra de soja, el consumo de gasoil para el proceso productivo de este grano caería un 8%, a 399 millones de litros. Como contrapartida, la gran superficie que se sembraría con maíz a causa de la buena disponibilidad hídrica y la disipación parcial de los temores causados por la chicharrita, provocarían un aumento del 17% entre campañas para el uso de gasoil del cereal, que alcanzaría los 255 millones de litros. También se espera un incremento importante en el consumo del girasol, cuya área sembrada podría alcanzar máximos en un cuarto de siglo, mientras que se estiman disminuciones interanuales en el consumo de cebada, sorgo, maní y centeno. Por último, tanto el trigo como el arroz se mantendrían en registros similares a los de la campaña previa.
Para entender mejor, el equipo conformado por Franco Ramseyer, Emilce Terré y Julio Calzada, realizaron un mapa de calor para ver en qué cultivos y partes del proceso de producción resulta mayor el consumo de gasoil.
Se observa que el mayor consumo se daría durante la cosecha de soja (164 M l), seguido por la cosecha de Maíz (116 M l), a continuación, por el laboreo y la siembra de soja (82 M l y 74 M l respectivamente), y siguiendo en orden de importancia se ubica la cosecha de trigo (69 Ml).
En la campaña 2025/26, el transporte de granos también demandará un volumen inédito de combustible. Según estimaciones realizadas en base a datos de GEA y la Secretaría de Agricultura, la producción total alcanzaría unas 144 millones de toneladas. De ese total, se calcula que alrededor de 132 millones de toneladas deberán trasladarse desde los campos hasta acopios, plantas industriales y terminales portuarias, descontando el consumo interno en chacra.
El grueso de la logística seguirá recayendo sobre los camiones: se proyecta que movilizarán cerca de 121 millones de toneladas, mientras que el ferrocarril aportaría unas 11 millones. Bajo este esquema, y tomando en cuenta supuestos como distancias promedio de 30 kilómetros entre los campos y acopios, y de 350 kilómetros desde estos hasta plantas y puertos, además de un consumo de 0,40 litros de gasoil por kilómetro en un camión típico, se estima que el transporte de granos insumirá 1.296 millones de litros de gasoil. De ese total, un 97% correspondería al transporte carretero y apenas un 3% al ferroviario.
El aumento respecto de la campaña anterior sería del 8,1%. La explicación principal está en la mayor siembra de maíz, un cultivo con rendimientos notablemente más altos que la soja y que, por lo tanto, genera un mayor volumen para transportar. También influye el crecimiento del girasol, que podría alcanzar 5,1 millones de toneladas, con una suba interanual del 10%.
Si al gasoil destinado al transporte se suma el utilizado en las labores productivas, el consumo total de la cadena granaria se ubicaría en 2.324 millones de litros, un 4,2% más que en la campaña 2024/25. Se trata del mayor nivel de la serie histórica, reflejo del incremento en la producción nacional.
Llevado a valores, y considerando un precio promedio del gasoil grado dos de $1.464 por litro en la región núcleo durante agosto —equivalente a U$S 1,1 al tipo de cambio mayorista—, el costo total de abastecer a la campaña ascendería a 2.579 millones de dólares.