Pasó la vendimia 2018 y el Observatorio de ACOVI (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas) realizó un análisis de rentabilidad para la actividad viñatera en base a los costos e ingresos registrados hacia abril de 2018. El resultado fue catastrófico en siete de los ocho escenarios analizados (la excepción fue el escenario base de uva tinta común). En todos los demás, dice un informe del Observatorio, “los productores operan por debajo del punto de equilibrio”. O en criollo, pierden plata.
El análisis contempla una serie valores como impuestos y servicios, maquinaria, agroquímicos y mano de obra. Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro y directivo de ACOVI, remarcó que “se destaca que la actividad en esta época del año es tan intensiva, que la mano de obra representa un 40% en los casos analizados. Si se suman además los aportes patronales, el peso relativo de este factor supera el 50%”.
Otra conclusión es que el productor de vino tinto mantiene rentabilidad positiva para el caso de escenario base, el cual supone que riega sin utilizar pozo ni energía y no tiene pérdidas por contingencias climáticas. Sin embargo, si se suma un riego con pozo, el costo total se incrementa un 11,4% y su situación pasa a ser deficitaria. Esto se intensifica aún más en el caso de pérdida de producción por granizo. Aquí hay una diferencia con abril del año pasado, cuando la rentabilidad del productor era positiva.
Nicolás Vicchi, subgerente de ACOVI, valoró el trabajo del observatorio y destacó otra preocupación. “El productor de vino blanco se encuentra en una situación deficitaria en todos los escenarios. Comparando sus costos con abril de 2017, mantiene su posición deficitaria por debajo del punto de equilibrio”, remarcó.