Para la industria láctea, la Argentina producirá menos leche en 2023, debido al impacto de la sequía, aunque la caída no será tan dramática como la que auguraron entidades de la producción, que hablaron de hasta 15%.
Un nuevo relevamiento publicado por al Observatorio de la Cadena Láctea argentina (OCLA), elaborado mediante una consulta a 30 industrias, arrojó que se espera una reducción de 4,7% en la oferta de leche cruda, desde los 11.557 millones de litros obtenidos en 2022 a 11.015 millones estimados para el fin de 2023.
El pronóstico representa un retroceso respecto de mediciones previas. “A finales del año pasado procedimos a realizar un nuevo relevamiento con datos aportados por las industrias, en este caso para el año 2023, arrojando una valor estimado de 11.472,7 millones de litros, es decir una reducción del 0,73% respecto al año 2022”, recordó OCLA.
El nuevo recorte de la estimación de producción, que de todos modos es bastante inferior al que prevén las entidades de productores lecheros, muestra los efectos de “la profundización de la sequía y de las complicaciones económicas” que atraviesa el sector, donde no solo está cayendo la oferta desde los tambos sino que la recomposición de precios pagados al productor no siempre alcanza a compensar la suba de los costos.