La Bolsa de Cereales de Buenos Aires indicó, de manera preliminar, que la superficie de maíz comercial argentino para el ciclo 2023/24 sería de 7,30 millones de hectáreas, una cifra 2,8% superior a la registrada en la campaña anterior, pero 5,6% menor a la del período 2021/22.
De todas maneras, para poder lograr esa superficie debe recomponerse el factor climático, dado que gran parte del área agrícolas argentina sigue registrando escasa humedad en los perfiles del suelo.
“El inicio del ciclo 2023/24 comienza con niveles de humedad en el suelo lejos de los valores óptimos para la siembra del cereal. La principal intención de los productores es realizar siembras tempranas, pero esto quedará supeditado a cuanto se retrasen en llegar las lluvias primaverales”, indica el informe.
En la provincia de Entre Ríos y el centro-norte de Santa Fe se comenzaron a ver las primeras incorporaciones de lotes del cereal luego de lluvias que tuvieron lugar los días previos.
Por otro lado, hacia el sur del área agrícola nacional las reservas en los perfiles se encuentran en condiciones adecuadas a óptimas en gran parte de la región, al tiempo que la zona núcleo pampeana tiene algo de humedad pero sin llegar a valores adecuados.
La cuestión es que buena parte del centro y norte del país sigue sin presentar condiciones de humedad adecuadas y requiere grandes aportes de precipitaciones para recomponer la situación hídrica.
“De acuerdo con el pronóstico de precipitaciones de nuestro último informe agroclimático estacional, durante la primavera El Niño alcanzará su plenitud, aunque la interferencia de los vientos polares le impedirá eliminar totalmente los focos de sequía principalmente hacia el centro de la región pampeana, donde las anomalías negativas de precipitaciones serán leves hasta moderadas. Esta situación dificultaría en parte la incorporación de los primeros cuadros tempranos sobre el centro-este del país. El régimen térmico será más moderado que en las temporadas anteriores, con menor riesgo, tanto de heladas tardías, como de calores tempranos”, señala la Bolsa de Cereales.
Para el verano el pronóstico estacional señala que la fase ENSO El Niño lograría reducir significativamente el área con déficit hídrico, los que mejoraría las condiciones en los estadios críticos del cereal.
Sin embargo, anticipa que “se mantendría un área deficitaria alrededor de los limites comunes de Córdoba, Buenos Aires y La Pampa”, mientras que “hacia el norte del país la llegada de precipitaciones iguales a superiores a lo normal favorecería la siembra en dicha zona y permitiría transitar las primeras etapas en buenas condiciones”.
Como resumen: si bien la campaña comenzará con escasas reservas en los perfiles y falta de precipitaciones que dificultarían en parte la incorporación de los planteos tempranos, a medida que avance la primavera El Niño traerá la humedad necesaria para las siembras tardías y para transitar los periodos de definición de rendimiento con condiciones climáticas favorables.