Hoy los invitamos a disfrutar de una antigua y nostálgica zamba, en letra y música de Rodolfo Lauro María “Polo” Giménez (1904-1969) y comentada y explicada por el sabihondo Cucho Márquez en la página Folklore del Norte. La canción comienza con una glosa o texto recitado, a modo de introducción a la zamba, con el propósito de pintar el modo de hablar de esa región. La zamba pretende describir esa vida cotidiana que el mismo autor experimentó durante años en Catamarca y por estar casado con una catamarqueña.
Esta es la glosa:
“Cuando de estar estando me acuerdo de cuáaanta!… Cuando vivía mi tata; cuando mi mama me sabía retar; cuando me salía pa’l cerro a juntar las cabras, con la honda colgada al cuello y… méeeta silbar!
Y me veo ahura tan lejos y tan solo, cómo m’ hei quedao, m’ entra una tristeza… y me da pereza de seguir pensando…
Total… ¿qué vu’ a remediar, ah?”
Luego continúa la letra de la canción:
El viejo patio que da al callejón,
la galería, el aljibe, el rosal,
la pajarera, la hamaca, el malvón,
me llevan siempre en el recuerdo a mi pago i’Pomán.
Veo a mi tata, contento y feliz,
pitando un “chala” y meta “matiar”,
mientras mi mama, dele trajinar,
secando va sus santas manos en el delantal.
(Estribillo)
Qué tiempo feliz el de la niñez,
¡velay, yo no sé para qué pasará!
Palabrita i’ Dios que da gana i’ llorar
de sólo pensar que no volverá.
Mi vieja casita del pago i’ Pomán,
porque sos parte de mi vida te quiero cantar.
Veo la cuja, el brasero, el telar,
la paila i’ cobre, el huso de hilar,
y en la batea, con puyos tapao,
está leudando el amasijo para hacer el pan.
Me veo chango, en el patio jugar
y al caschi moto mirarme y torear,
oigo a mi mama -fregando la olla
para hacer el guaschalocro- cantar y cantar.
“Pomán es una ciudad catamarqueña fundada en 1663 por Jerónimo Luis de Cabrera, con el objetivo de llegar a ser capital de provincia. Después del terremoto de 1898 debió reconstruirse casi en su totalidad, pero aún quedan algunos vestigios coloniales. Se caracteriza por sus aceitunas, nueces, confituras, vinos y aguardientes. En esta pequeña localidad de Catamarca vivió Rodolfo “Polo” Giménez, quien con un estilo muy peculiar, impregnado de modismos locales, nos evoca su casa natal en el tiempo de su niñez, que él designa con la hermosa expresión del ‘tiempo ‘i mama’, ese tiempo que nunca vuelve, si no es en el recuerdo”, nos explica Cucho Márquez.
“Pitar un chala”: aún se siguen elaborando cigarros de tabaco picado, envueltos en hoja o chala seca de maíz.
Velay: interjección de alegría, en quichua.
Cuja: catre o cama hecha en madera, con elástico de tientos de cuero.
Paila: especie de sartén, de cobre.
Batea: artesa o cajón de madera que se usa en el campo para amasar pan y para otros usos.
Puyo: especie de poncho corto, de lana (palabra quichua)
Caschi moto: Caschi (perro, en quichua) y Moto, rabón, sin cola.
Guaschalocro: es un locro guacho o wascho, que en quichua significa “que le falta”, en este caso, suele faltarle algún ingrediente para llegar a ser un típico locro. Alguna vez, consiste en un guiso más asopado y en vez de maíz partido, le ponen granos de choclo fresco. Curiosamente, el Cucho Márquez dice que es su origen está en un “guisado de trigo de la cocina manchega del siglo quince”.
“De estar estando”: seguramente a partir de este modismo en el habla del noroeste, el filósofo Rodolfo Kusch, quien supo irse a vivir a Maimará, Jujuy, debe haber elaborado su teoría del “Estar siendo”, contrapuesto al más estático Ser y Estar.
“Cuánta”: es una expresión como decir “Cuánta cosa he vivido”.
Les compartimos la bella versión interpretada por Los Cantores de Quilla Huasi.