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Marcelo Zaldívar es un gaucho bien tradicionalista, de 70 años de edad, nacido en la ciudad de Buenos Aires, pero su querencia ha sido siempre San Antonio de Areco, donde hoy vive.
Es técnico en inseminación artificial y ha sido mayordomo de estancia en Olavarría, comisionista y vendedor de hacienda. Pero además, lleva la veta artística de su familia: tiene facilidad para interpretar charango, quena, sikus, guitarra y demás instrumentos, y es cantor y autor de chamarras y estilos. Pero su instrumento preferido es el acordeón de 8 gajos y 2 hileras.
Su padre fue Edmundo Zaldívar (hijo), el autor del carnavalito “El Humahuaqueño”, considerada “La Cumparsita folklórica”, el tema del folklore argentino más famoso del mundo, que dice: “Llegando está el carnaval…”. Fue grabado hasta por Edith Piaff, Luciano Pavarotti y miles de artistas durante los 75 años que ya tiene de vida esta canción. Por este motivo, los restos de este prócer del folklore descansan en el pueblo de Humahuaca, Jujuy.
Marcelo reconoce que se debería haber dedicado de lleno a la música, toda su vida. Recuerda que su padre no manejaba autos y que él lo iba a buscar con sus hermanos a El Viejo Almacén, donde tocaba por las noches.
Cuando Marcelo tenía 17 años de edad, grabó dos canciones para la película Don Segundo Sombra. También tiene chamarritas de su autoría, y tres discos editados: “Mi tierra en un canto”, “Marcelo Zaldívar al estilo de Areco” y “Marcelo Zaldívar cuando cae el ángel”. Sacó su primer casete en el año 1991. Las tres canciones de su autoría que él más prefiere, son: “Preludio de un estilo”, “Mi tierra en un canto” y “Crecencio Medina”.
Este gaucho afable y conversador tiene mucho para contar de su pasada vida campera, y ahora, de su vida en fogones, pulperías y estancias de turismo rural, de Areco. Lo último que hacía era cantar los domingos para extranjeros en la estancia El Rosario, pero desde que comenzó la pandemia ha quedado cesante. Lo venía haciendo desde hace casi 20 años.
Además cantaba y tocaba casi todos los días en diversos lugares, porque para un artista, la música es vital, y la pandemia los paralizó. Es que a su modo de ver, no es lo mismo cantar en vivo y compartir con la gente alrededor de un fogón, o en un boliche o en un campo, que por internet.
Marcelo tiene 4 hijas mujeres, 2 varones y 10 nietos. Uno de sus hijos, Gonzalo, es platero en General Madariaga. Está orgulloso de ser amigo de Claudio Agrelo, de Honorio Serpa, de Los Hermanos Chávez, de Entre Ríos, del gran hacedor de peñas, Choché Márquez Urquiza, y de muchos más.
Antonio Tarragó Ros también es su amigo. Se enteró de que le habían robado a Marcelo el micrófono de su acordeón y le regaló uno de excelente calidad. Fue tal la emoción de Marcelo, que le encargó a su hijo Gonzalo un cuchillo verijero para regalárselo próximamente a Antonio. Marcelo preferiría no enviárselo, sino que Antonio lo fuera a buscar a Areco, como excusa para generar un encuentro de acordeones, y así tratar de cumplir un sueño: el de interpretar juntos, la bella melodía de Historias de la Argentina Secreta, que a Marcelo tanto le conmueve.
Marcelo Zaldívar nos quiso dedicar una bellísima “Milonga corralera”, que no tiene nombre y se desconoce su autor, pero que la tomó de su amigo, Ricardo Almandós Almonacid.