La carne subió muchísimo. Nadie lo niega. Pero un informe de Agroideas, la consultora integrada por Fernando Gil y Federico Santángelo, analiza la película desde 2018 y saca conclusiones muy diferentes a las que esgrime el gobierno nacional. Las causas de estos aumentos, para los especialistas, tienen muy poco que ver con las exportaciones y más bien están vinculadas al descontrol de la economía.
El principal argumento de estos analistas, que invitan a mirar la película desde que comenzó la actual crisis económica, en enero de 2018, en pleno gobierno de Mauricio Macri, es que si bien los precios de la carne al consumidor subieron mucho, lo hicieron en menor cuantía que sus costos. Por eso la consultora duda de que los precios vayan a bajar con este cierre de las exportaciones impuesto por Alberto Fernández y sus ministros.
Entre enero de 2018 y abril de 2021, según este documento, se observa que la invernada (los terneros para engordar) subió 410%, que el maíz (un insumo alimenticio carne para terminar los animales) lo hizo 501%, que la hacienda para faena (el animal terminado) incrementó 457%, mientras que la carne al consumidor subió 365%. A la par, el dólar oficial (pisado por el Banco Central) se incrementó 377% y el dólar blue lo hizo nada menos que 699%.
Obviamente que la suba del 365% en los precios finales de la carne sacuden a los consumidores. Pero lo que quieren exponer Santángelo y Gil es que los costos de producir esa carne subieron todavía más.
Tras mostrar este gráfico, los analistas dicen que “queda claro que hay una brecha entre el valor del gordo y el de la carne que paga el consumidor. Esa diferencia notable entre el valor de la hacienda de consumo y la carne se vende en el mercado doméstico la vienen absorbiendo el sector industrial y minorista”. Es decir, los que se vienen ajustando el cinturón para no subir más todavía los precios al consumidor son frigoríficos, matarifes y carniceros.
El trabajo destaca también la incidencia del precio del maíz, que subió más del 500% desde 2018. “Se incrementó más que el precio de la hacienda gorda como consecuencia directa del impacto de la devaluación de la moneda”. Se trata de un insumo crítico para “terminar” el engorde de los animales que usualmente se consumen en el mercado interno, y que suelen pasar sus últimas semanas en un feedlot.
Gil y Santángelo recordaron que en marzo de 2018 en la Argentina el dólar cotizaba a 18 pesos. Luego “comenzó una corrida cambiaria que elevó notablemente y en sucesivas oportunidades el valor de la monera nortemericana”.
“Como consecuencia de la suba del maíz desde el año 2018 y el fuerte incremento del ternero de invernada durante el 2020, los feedlot perdieron rentabilidad y por momento tuvieron que asumir importantes pérdidas económicas, lo que provocó una disminución de la oferta de faena para abastecer el mercado interno”, enfatizaron los especialistas.
En esta película que llevó la carne a precios insostenibles para muchos consumidores -lo que repercutió en una baja del consumo a menos de 50 kilos anuales por habitante-, también el Covid-19 tiene sus culpas.
Los socios de Agroideas sostienen que la gran disparada de los precios se produjo en noviembre y diciembre 2020, que fueron meses de muy alta faena “como consecuencia de la salida de la cuarentena por parte de la población y de la alta emisión monetaria”.
Para los expertos, está claro que mirando la película “el incremento del valor de la carne es consecuencia de múltiples factores intrínsecos a la cadena: por ejemplo menor oferta de hacienda proveniente de engorde a corral o por el incremento del maíz, etc. Pero sobre todo nos es ajeno a las condiciones macroeconómicas del país: emisión monetaria e inflación y baja del poder
adquisitivo”.
¿Y entonces? ¿Por qué el gobierno le echa todas las culpas solamente a las exportaciones?
Andá a saber. Pero en esta película al parecer el asesino tampoco era el mayordomo.
Muy buena información, y mejor comentada.aunque estoy retirado retirado de la actividad ,me interesa seguir las noticias