“Si nos dividimos adentro, no nos respetan afuera”.
Con esa frase comienza el comunicado de la Federación Agraria Argentina (FAA) que, tras el cierre del congreso anual de la entidad en Rosario, informó sobre la reelección de la actual conducción, encabezada por el mendocino Carlos Achetoni, a quien secundan el entrerriano Elvio Ghía y el santafesino Marcelo Banchi como vicepresidentes.
Y es verdad. Si la Federación Agraria ya venía muy debilitada en los útltimos años, dividida así como quedó ha perdido una porción más de respeto de los que la miran desde afuera.
Como anticipó Bichos de Campo hace varios días, la noticia principal -antes que la reelección de Achetoni- es que la entidad que integra la Mesa de Enlace quedó, en su 107 Congreso Ordinario, virtualmente fracturada, ya que un sector importante de dirigentes decidió no asistir siquiera a las deliberaciones convocadas bajo el estatuto de FAA y, horas antes de esas deliberaciones, realizó una “asamblea agraria”, que criticó fuerte a la conducción actual y la consideró funcional a la política agropecuaria de Cambiemos. En esa movida rupturista tuvieron el aval de AFA y FECOFE, que agrupan a varias cooperativas históricas formadas bajo el paraguas de la organización de pequeños y medianos chacareros.
Los que quedaron dentro sesionaron igual, tal como manda la doctrina, lamentando la ausencia de los que se fueron. Tras las deliberaciones, se informó que “el 107 Congreso de Federación Agraria Argentina reeligió a Carlos Achetoni como presidente de la entidad, con un 92,42% de los votos” de los delegados. Según el oficialismo, eran “cientos de delegados de todo el país”. El opositor Esteban Motta, que participó de la asamblea y no del congreso, había calificado esta elección de “ilegítima” e incluso había anticipado el resultado de la votación horas antes de que sucediera.
Así, divididos, la FAA pierde respeto de los de afuera.
Tras los agradecimientos de rigor por su reelección para un segundo periodo, Achetoni señaló que es necesario incorporar mujeres y jóvenes a la FAA para renovar su vida institucional. “Necesitamos que haya entusiasmo, transferencia de conocimiento, que a cada momento nos unamos. Porque si nos dividimos adentro, no nos van a respetar afuera, y estaremos entregando las banderas históricas de la entidad a los viles juegos de la política”.
Por supuesto, en este derrape, la culpa siempre es del otro sector.
“Tenemos que luchar por el acceso a la tierra y también por la continuidad de los agricultores en sus fincas. Hace décadas que venimos perdiendo pequeños y medianos productores, tenemos que revertir ese proceso, gobierne quien gobierne. Debemos tener la hidalguía de defendernos y al mismo tiempo generar proyectos, capacitarnos, promover el asociativismo”, dijo el mendocino, revisando la agenda de temas pendientes.
Banchi, que proviene de Alcorta, Santa Fe, el pueblo que pegó auqel famosos grito, dijo por su parte que “ss una gran responsabilidad” permanecer en ese cargo istitucional. “No es una situación fácil, en lo económico y en lo político. Pero acá estaremos siempre, defendiendo a los pequeños y medianos productores, sobre todo cuando los Estados están ausentes. Hoy debemos decir a quien nos escuche, que se acuerden del sector productivo, del interior, de las familias que dependen de cada productor”.
“No ha sido un año sencillo para la entidad, en un contexto también de muchas complicaciones. Para lo que sigue de acá en más, necesitamos de ustedes, los productores, más que nunca. Y para eso tenemos que estar todos juntos, que se empodere cada filial, cada distrito. Enamorar a la gente de nuestras banderas”, confirmó Elvio Guía, el entrerriano.
Solo el tiempo dirá si lograrán enamorar a alguno. Parece difícil.