Por Matías Longoni.-
Los productores agrícolas pampeanos no tienen paritaria ni un sindicato que discuta por ellos cuánto dinero ganarán cada año. En rigor, son patrones que dependen de lo que produzcan sus empresas en función de variables que casi nunca manejan, pues los precios internacionales de los granos se definen afuera, el tipo de cambio lo decide el Banco Central, y el clima es un factor adicional que puede demoler sus ingresos.
Un estudio del IERAL, el instituto económico de la Fundación Mediterránea, de todos modos intentó definir qué sucedió con los ingresos del sector productivo en tiempos en que la mayoría de los asalariados cerró el año con subas de cercanas al 20%, semejante a los niveles de inflación que carcomían el sueldo.
El documento se basó en un establecimiento agrícola de referencia ubicado en la zona norte de Córdoba y la conclusión fue bastante mala: “El margen neto de explotación (ingresos por ventas menos todos los costos) se redujo un 40% en el ciclo 2016/17 respecto de la campaña anterior”. Y el poder de compra de los granos se redujo respecto de un año atrás de 7 a 23%. En el caso de la soja, hoy con una tonelada se compran 14% menos de bienes que un año atrás.
“El deterioro surge de una combinación de factores que afectan a todo sector exportador de commodities, por una baja en los precios internacionales y un menor poder de compra del dólar en el mercado interno”, explicaron los economistas Juan Manuel Garzón y Nicolás Torre.
La campaña 2016/17 es la que concluyó a mitad de este año, con la cosecha de soja y maíz. Fue uno de los periodos más críticos en materia climática que se recuerde, pues las inundaciones afectaron severamente los ingresos de muchos productores. Pero no fue el único factor que jugó en contra para definir la situación económica del sector. La IERAL marca además:
- Que los precios de exportación del 2017 se ubican por debajo de sus valores del año pasado (entre 3% y 9%) en los principales granos de la región pampeana (trigo, maíz y soja). Si se comparan con los picos históricos de 2011 caen 30%, pero si la mirada va un poco más hacia atrás, los valores son altos, entre un 40%/50% superiores a los promedios 2002/07.
- Que en estos 9 meses de 2017 el precio del dólar ha subido 9%, mientras que la inflación minorista habría crecido el doble, pues cerró setiembre con una suba del 18% en lo que va de este año. Si se consideran los últimos 12 meses, la variación del dólar (punta a punta) sube 14% y la del nivel general de precios a 25%. Así, el dólar viene perdiendo valor de intercambio respecto de una canasta básica de bienes y servicios, resignando buena parte de lo ganado en la devaluación de fines de 2015. Para las commodities que se operan con precios nominados en dólares esto es tan importante como lo que acontezca con las cotizaciones.
En este escenario, ¿cómo está hoy el poder de compra de los granos frente a una canasta básica de bienes y servicios como la que mide el Indec? Ante esa pregunta, los expertos de la Mediterránea sacan conclusiones que muestran que la paritaria de los productores fue claramente negativa: “Los granos compran hoy menos productos finales que durante todos los años del pasado reciente salvo en el 2015, donde la situación era más desfavorable”, indicaron.
Precisaron: “Este año la venta de una tonelada de trigo, maíz y soja compró menos productos básicos que lo que podía comprar el año pasado (entre 7% y 23% menos) y menos que lo que pudo comprar en promedio durante el período 2004/2015 (entre 22% y 35% menos)”.
Por granos, la soja compró este año un 14,4% menos de bienes finales que el año pasado, un 26,3% menos que lo que pudo comprar en el período 2012/2015 y un 37,8% menos que lo que pudo comprar en el período 2004/2011. Está sólo mejor que el 2015 (+8,7%).
En su informe, Garzón y Torre analizaron también qué podría suceder en el nuevo ciclo agrícola 2017/2018. Y vaticinaron que “un proceso de apreciación cambiaria dejaría el margen neto en un nivel similar al de este año (en poder de compra), bajo en perspectiva histórica, equivalente al 57% del período 2005/2014 y sólo superior a 2014/2015, el más bajo de las últimas 16 campañas”.
La comparación insistente con el 2015 no es ociosa. Aquel fue un año crítico para los números del agro y fue el último año de la gestión de Cristina Kirchner. Luego las cosas mejoraron bastante en 2016. Y ahora están empeorando de nuevo. Y aceleradamente.