Santiago del Solar es productor agropecuario, integrante del comité de Granos de la Sociedad Rural Argentina y fue jefe de Gabinete del MInisterio de Agroindustria en un tramo del gobierno de Cambiemos, entre 2017 y 2019. Actualmente integra el llamado Grupo Lonja y desde esa posición escribió su posición sobre lo que sucede actualmente en el mercado de trigo, donde parece haber una doble vara, que él denomina “triguización asimétrica”, en el tratamiento dispensado por el gobierno a los productores de trigo afectados por la sequía y a los exportadores del cereal, a los que las autoridades permitirían en las próximas horas llvar adelante una reprogramación de sus embarques.
Esto escribió Del Solar:
La tragedia de la sequía muestra los dientes en todas las zonas productivas. En la “zona núcleo” en particular, las proyecciones son catastróficas. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) presento un informe donde estima para esa región una producción de 1,34 millones de toneladas de trigo. Cifra exigua, que no se ha visto en la zona abastecedora natural de Rosario en 20 años. Casi 6 veces menos que lo producido en la campaña anterior.
Por otro lado y previamente, cuando nadie podía imaginar semejante situación, durante el otoño pasado el gobierno en su desesperación por obtener dólares pidió acelerar las ventas de trigo a cosecha futura para exportación. De esa manera podía cobrar los DEX (retenciones) anticipadas, y hacerse de los dólares lo antes posible. Esto fue aceptado de inmediato por los traders. Con el orden interno habitual de repartir según “past performance”, y en un sincronizado ballet, las ventas al exterior se realizaron respetando las “quintitas” asignadas. Presentaron así las DJVE (declaraciones juradas de venta al exterior) por los volúmenes pedidos por el gobierno.
Las ventas fueron formalmente hechas por los exportadores, pero no así la totalidad de las compras ¡Gran problema!
Ante esta situación, los traders sugieren que debería el gobierno prorrogar las DJVE por una campaña o permitirles una reprogramación de sus embarques, cosa que finalmente parece va a suceder. De esa manera descomprimiría la situación en la que se encuentran ellos, y no tendrían que salir a cumplir con lo pactado, comprando trigo a los productores a valores más altos de lo que vendieron en su momento al exterior.
Sin la intervención del gobierno en los contratos, ellos unilateralmente no pueden desarmar lo ya vendido y declarado para exportar. Necesitan al gobierno que los ayude a poder incumplir sus contratos con una postergación formal. Ese favor se lo intercambia con la amenaza que “no va a alcanzar el trigo”. Lo cual nunca es cierto, ya que trigo hay. En Argentina, o bien en el resto del mundo, si es que eventualmente se necesita completar, para el empalme hasta la próxima cosecha.
En paralelo, muchos productores también hicieron ventas a futuro. Cuestión habitual para asegurar parte del precio, como así financiar con venta futura la compra de insumos. Y a ellos también les llego la seca, con su cara más cruel y con todo el capital invertido en el campo. A resultas de la sequía, el trigo a cosechar va a ser poco…o nada en algunos casos.
¿Cómo puede solucionar ese problema el productor frente al mismo exportador al cual le estarían por dar un jubileo para sus contratos?
La única manera de arreglarlo para el chacarero, es o con trigo o con plata, pagando la diferencia del valor vendido en su momento, versus el valor de mercado. Ahí sí los exportadores son implacables. Exigen (como es debido) el cumplimiento del contrato.
Una doble vara, se está perfilando en las palabras del secretario Juan José Bahillo, que parece dispuesto a “estudiar” la propuesta de postergar las obligaciones de los exportadores. Esto, de darse, seria solucionar asimétricamente la seca. Algo así como una “triguizacion asimétrica”, siendo rigurosos con los contratos que firmaron los productores, y flexibles con los exportadores.
Otra vez, en una crisis, se intenta buscar soluciones por la vía de romper los contratos. Destruir los compromisos. Y también se repite que los contratos a cumplir son solo para algunos, y los autorizados a romperlos son otros. La confianza y el largo plazo parecen no importar.
Estas alquimias hechas a pedido, tienen más posibilidades de prosperar en épocas cuando se acerca la campaña, la turbulencia económica y las necesidades electorales.
Santiago del Solar – Productor agropecuario