Arrancó la campaña triguera. Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, ya se implantó el 5% del área estimada en 6,8 millones de hectáreas. En tanto, la Bolsa de Comercio de Rosario calculó que al final del recorrido quedará una superficie implantada de 7 millones de hectáreas, un cálculo semejante al del Ministerio de Agricultura.
Las condiciones iniciales para la campaña son buenas, hay agua en el perfil del suelo, hay precios razonables a cosecha y la relación insumo-producto también es favorable. Es un buen momento para fertilizar y cuidar los nutrientes del suelo. Por este tema consultamos a Martín Díaz Zorita, asesor en la asociación civil Fertilizar y especialista en nutrición de cultivos.
“La dosis de fertilización se define en tres pilares. El primero está asociado al lugar, al análisis del suelo y a saber cuándo nutriente hay disponible. El segundo es la expectativa de rinde, cual es la producción alcanzable. En este caso mi consejo es que el que trabaja en trigo no piense en un resultado promedio sino en mejorar el rinde, porque las condiciones son buenas en el inicio de la campaña. Hay que saber a qué se apunta. Y el tercer pilar, no el primero, es la relación insumo producto”, explicó Díaz Zorita.
Escuchá la entrevista completa con Martín Díaz Zorita:
El especialista dijo que “casi toda el área con capacidad de producir trigo está en condiciones agronómicas como pocas veces las tuvo en cuanto a oferta de agua y liberación de lotes por barbechos. Son condiciones por encima del promedio histórico”.
Luego indicó que también es buena la relación insumo producto: “Está en una condición favorable, por debajo del promedio histórico, y eso hace muy atractivo la reposición de nutrientes como visión de largo plazo”.
Diaz Zorita explicó la respuesta del cultivo a la buena nutrición. “Nuestras mediciones de la red de estudios con INTA y universidades, la que llevamos adelante durante más de 6 años, nos dan que se obtiene 14% más de rinde en soja de segunda cuando el manejo de trigo no está limitado en nutrientes. Esto más allá de la mejora en la nutrición del trigo. Pero además el 30% del rinde está en manos de la estrategia de fertilización”, aclaró.
El especialista añadió que los fertilizantes tienen precios bajos y que la inversión se repaga con más cosecha. “Con el valor de 16 kilos de trigo hoy se compra 1 kilo de fósforo. Por cada kilo de fosforo que se utiliza se cosechan 60 kilos de trigo. La relación es super favorable. Para pagar un kilo de nitrógeno se necesitan 7 u 8 de trigo y se obtienen a cambio por los menos 12 kilos”.
De todos modos insistió en que el rinde lo define el lote. Por eso consideró primordial hacer análisis del suelo para conocer con qué base ya se cuenta, antes de definir a las locas una estrategia de fertilización.
Aunque las condiciones están dadas para que haya una muy buena campaña de trigo, eso no significa que el productor vaya a incrementar la inversión correspondiente en la reposición de nutrientes.
En tal sentido Díaz Zorita consideró: “Hay expectativas de siembra sí, pero la expectativa de incorporación de tecnología es moderada. Solo (será mayor) en ambientes o condiciones muy seguras de mejora de rendimiento, suelos con napas, perfiles cargados y buenos resultados de la gruesa. En el resto del país vemos con más frecuencia muy buen manejo que acompaña buenos rindes pero sin mayores expectativas que las del año pasado. No vemos con tanta intención la reposición de nutrientes”.
Esto se debe a la incertidumbre que “en parte tiene que ver con la situación macroeconómica y en parte en el foco. Cuando tenemos que andar con en la producción y en que el cultivo no me lleve puesta decisiones del otros cultivos. Hay un foco muy fuerte en cómo manejar los recursos que van a la empresa. El foco se fija entonces en el ´paso a paso´, en que es lo que se requiere para hacer lo mejor posible para que, cuando esté la cosecha, se vuelva a pensar en lo que se necesita”.
“No hay una visión de mediano y largo plazo”, se lamentó Diaz Zorita.