Una maniobra administrativa implementada por la Secretaría de Agricultura el pasado viernes genera temor entre los representantes de los industriales aceiteros que están negociado con el ministro Sergio Massa las condiciones de la tercera edición del régimen cambiario especial conocido como “dólar soja”.
Hasta el pasado 22 de marzo la publicación de los valores FOB oficiales de la harina de soja –a partir de los cuales se determina el derecho de exportación y la liquidación final de divisas por aplicar– se extendía entre los meses de abril de 2023 (comienzo del período comercial de la soja 2022/23) y febrero de 2024.
A partir del 23 de marzo se estableció, en tanto, un valor FOB para el mes de abril y otro para los embarques realizados entre mayo de 2023 y febrero de 2024.
Sin embargo, el pasado viernes 31 de marzo se introdujo una nueva modificación: la determinación de un valor específico para los embarques realizados entre abril y mayo del presente año, período es que, precisamente, en el cual regirá la nueva versión del “dólar soja”.
Por el momento, los valores FOB de la harina de soja publicados se encuentran en línea con las referencias internacionales, aunque existe el temor de que empiecen a ser ajustados al alza cuando comience a operar el nuevo “dólar soja”.
Si ese es el caso, la tercera edición del régimen cambiario especial no solamente se emplearía como fuente extraordinaria de generación de divisas, sino también como “caja” recaudatoria.
Valre recordar que la resolución 78 del ex Ministerio de Agricultura, vigente desde octubre de 2019, determina que los exportadores de productos agroindustriales están obligados a abonar al menos el 90% del derecho de exportación correspondiente dentro de los cinco días hábiles desde la registración de las Declaraciones Juradas de Ventas Externas (DJVE), lo que implica, en los hechos, que el impuesto debe pagarse por adelantado.