A pesar del fuerte revés que significó la chicharrita en la producción maicera de Argentina -se cobró aproximadamente 10 millones de toneladas del grano en la campaña 2023/24- y el desafío que implica para la nueva siembra, mucha gente del sector piensa que la crisis agronómica sirvió para entender que el trabajo mancomunado entre el sector público y el privado, puede ser la solución a muchos problemas del agro.
En este sentido Nicolás Bronzovich ,director nacional de Agricultura en la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, destacó el rol que jugaron los comités de emergencia que se activaron en medio de la crisis, para pensar en cómo frenar el avance del vector, la chicharrita, que al principio encontró al sector con muy poca capacidad de reacción.
Al mismo tiempo resaltó el papel del INTA y su alerta temprana, aunque lamentó que desde la propia cartera agropecuaria nacional no pusieron en valor los primeros hallazgos y llamados de atención.
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“En diciembre de 2023 algunas estaciones del INTA que monitorean la evolución de todos los insectos en trampas la empezaban a detectar, pero no se difundía. Realmente nadie lo vio venir. Las empezamos a ver venir más tarde, en febrero, marzo, pero no había mucho para hacer ya en esa situación”, contó el funcionario.
Recién entonces, según Bronzovich, “pusimos en verdadera dimensión y nos dimos cuenta que habíamos perdido este millón y medio de hectáreas”.
Luego del cachetazo, “la respuesta fue vincularnos como sector, eso fue lo primero que aprendimos”.
El funcionario -que es agrónomo y productor- coincide en que no existe una única receta agronómica que termine definitivamente con la chicharrita.
“Aprendimos que no hay una solución mágica para la plaga. Como técnico no puedo decirle a nadie: aplicá esto, compra esta tecnología, siembra en tal fecha o utilizá este híbrido. Cada herramienta por aislado suma poco. Hay que integrar todas las herramientas y sobre todo, estar permanentemente siguiendo la evolución de la plaga”, puntualizó.
En ese orden, el director nacional de Agricultura se detuvo en la incidencia de factor climático y su impacto en la disminución de la población del insecto. “Por suerte, la plaga es susceptible a ciertas condiciones ambientales, como por ejemplo el frío. Pero bueno, hay que monitorear las heladas y monitorear cómo responde la densidad poblacional del vector de la plaga a esas heladas. Eso es clave”.
-Me parece que lo positivo de esta crisis es que se armó una cofradía que anduvo muy bien y sirvió para darse cuenta que teníamos gente investigando estos temas.
–Sí, eso es muy positivo. Tanto en el INTA como en el sector privado hay especialistas que no salían a relieve porque no había aparecido una plaga que nos complique la vida. Y de repente nos dimos cuenta de cuánto valor tenemos guardado ahí y está en la gatera para cuando haga falta sacarlo a la pista. Eso creo que es clave.
Sobre el papel del gobierno, Bronzovich evaluó: “Si hay por lo que me pongo el sombrero de haber hecho, es no haber hecho nada como gobierno, más que acompañar, juntarnos y escuchar. Tratar de facilitar medios y un poco arbitrar, estando atento al quiere sumarse. Y se han sumado múltiples actores que son los que sufren de verdad esto, los actores reales, los privados, que se están empoderando para encontrar soluciones”, enfatizó.
-¿Esta crisis obliga a repensar el maíz, cómo sucedió con las malezas resistentes en soja, que llevó a repensar el paquete glifosato en soja?
–Sí, sin duda. Obliga a repensar más que el maíz, toda la agronomía y la rotación. Ningún monocultivo es bueno. El maíz era un placer, sobre todo para los ambientes del norte, donde esa cobertura que aporta el cultivo de dejar el suelo cubierto y enriquecer el carbono en el mediano y largo plazo era bueno para la soja, el garbanzo, el poroto que vienen atrás en la rotación. Sembrar maíz sobre maíz no es bueno. Tampoco concentrar toda la fe en una sola fecha de siembra. El ambiente, siempre nos hace acordar que la agronomía hay que usarla toda.
-Tratando de sacar algo positivo de la crisis ¿Estamos mejor preparados para la campaña que se inicia en pocos meses?
–Sí, estamos mucho mejor preparados. Se está generando y gestando el conocimiento a una velocidad impresionante. Y como mencionaba antes, volvimos a dar prueba que ante desafíos externos ponemos en servicio esa inteligencia colectiva o la capacidades de juntarnos a colaborar . Y a mi manera de ver, la responsabilidad del gobierno es no estorbar y acompañar.
Bioeconomía pero posta: Los precios del maíz argentino ya tienen incorporado el factor “chicharrita”