Ante las pérdidas provocadas por el complejo de enfermedades transmitido por la chicharrita del maíz, que se estiman cercanas a los 10 millones de toneladas en la campaña pasada, muchos productores no superan el revés y temen volver a implantar la gramínea. Especialmente en Córdoba, la provincia más maicera del país Esta realidad es la que marca la antesala de la venidera campaña en Córdoba, donde se estima un recorte del área de siembra de al menos un 30% en el ciclo 2024/25.
Sucede que en esta provincia maicera por excelencia, previo a la siembra del ciclo 2023/24 se había estimado un volumen productivo de 23 millones de toneladas y post achaparramiento del maíz, se alcanzaron tan solo 18 millones de toneladas. Es decir que la mita de la pérdida de maíz se concentró allí, y los productores quedaron espantados. Incluso con lotes muy comprometidos donde se registraron pérdidas totales del cultivo.
Según Silvina Fiant, responsable de la información agronómica de la Bolsa de Cereales de Córdoba , el vector causante del Spirolasma no hizo distinciones y dañó el cultivo a lo largo y ancho de la provincia, que suele implantar alrededor de unas 3,2 millones de hectáreas y sostener sobre sus hombros casi el 30% de la producción total del maíz en Argentina.
“El impacto fue grave, fue grande. Córdoba se tapiza de maíz de norte a sur y de este a oeste. Por eso es la primera productora nacional de maíz. En esta campaña la producción fue de aproximadamente 18 millones de toneladas, pero inicialmente, en marzo, esperábamos 23 millones de toneladas de maíz”, dijo la agrónoma a Bichos de Campo.
Y añadió: “Conforme se comenzaron a cuantificar las pérdidas por achaparramiento, se fueron reduciendo los rendimientos proyectados al inicio de la cosecha hasta llegar al nivel actual en donde estamos con este nivel de cosecha de aproximadamente 18 millones de toneladas”.
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Con una pérdida concreta de 5 millones de toneladas, Silvina especificó que los departamentos mayormente afectados son los que se ubican la zona norte de Córdoba. “Todos los departamentos del norte, que son Totoral, Tulumba y Río Seco. Pero también hubo una importante afectación en el departamento San Justo y en el departamento General San Martín, que conforman las zonas centro-norte y noreste de la provincia”. Mientras, en otros departamentos más al oeste, las pérdidas fueron menores.
“En Córdoba tenemos departamentos muy grandes maiceros, por ejemplo, Río Cuarto, se registró presencia de chicharrita y achatamiento, pero los niveles de afectación fueron bastante inferiores a los que se dieron en esa zona caliente del centro norte”, especificó la profesional.
-¿En algunos lugares hubo pérdidas totales del cultivo?
–Bueno, en la estadística de la provincia lo normal es que se pierda un 2% de superficie de maíz por distintas causas: granizo, sequías, etc. Este año esa pérdida se duplicó. Tenemos 4,7% de superficie sembrada que se perdió totalmente y esas pérdidas se concentran en esa zona que fue la más atacada. Es decir el centro norte de la provincia. Fue un golpe importante a la producción. Lamentablemente hay muchos productores que todavía están con complicaciones. Hay lotes que directamente no era factible asumir el costo de la cosecha y esa es la complicación que estamos empezando a ver de cara al próximo ciclo productivo.
Sin embargo la preocupación entre los especialistas es una posible propagación del insecto en la venidera campaña, a partir del maíz quedó sin levantar por falta de rentabilidad.
“En aquel lote que no se entró a cosechar y dejó espigas en el suelo, esas espigas son potencial maíz guacho, y ese maíz guacho es potencial alimento para las primeras generaciones de las chicharritas que han logrado sobrevivir a este invierno. Esos maíces, semillas de maíz o mazorcas que quedaron en el suelo, apenas comiencen a germinar, van a ser alimento para la propagación del vector”, señaló Silvina.
-¿Cuál sería la recomendación para esos casos?
–Hoy la recomendación que se está dando desde distintos ámbitos, incluso desde el Comité de achaparramiento, que se ha formado por más de 25 instituciones en la provincia de Córdoba, tienen que ver con este mensaje hacia todos los productores, vayan o no a sembrar maíz en la próxima campaña. Es urgente, es prioritaria la eliminación total de todos los maíces espontáneos que haya en lotes, en banquinas, a orillas de silobolsa, en cualquier lugar donde se pueda estar presentando la germinación de maíz espontáneo, conocido como maíz guacho, es importante la erradicación urgente inmediata.
-Muchos productores están espantado y manifiestan que se van al sorgo o a hacer soja ¿Qué están observando desde el departamento de estimaciones de la bolsa?
-Lo que venimos midiendo con el equipo hasta el momento con un sistema de encuestas -donde contactamos permanentemente a más de 300 referentes dentro de la provincia de Córdoba- y lo que nos vienen dando es que va a haber un recorte en la siembra del maíz en la campaña que viene de aproximadamente un 29 o un 30%. Es un montón.
“Nosotros estamos habituados a estar por encima de las 3 millones de hectáreas sembradas en la provincia de Córdoba. En este último ciclo y con este recorte vamos a estar más cerca de las 2,2 millones de hectáreas a sembrarse en la provincia de Córdoba, añadió.
-¿A pesar de todas las recomendaciones para enfrentar la chicharrita, lo que se vislumbra es que se va a recortar el área de siembra?
–Sí, lo que también es importante entender el sistema productivo maiceros de la provincia. De ese total de 3,2 millones de hectáreas que se siembran, el 83% son maíces tardíos. El maíz tardío es por allí el que presenta el mayor riesgo de infección con estos patógenos del complejo del achaparramiento. Entonces es allí donde está la alerta del productor.
En este sentido Fiant explicó que se siembra maíz tardió, en respuesta a las características de la zona, donde las lluvias casi siempre llegan rezagadas con respecto al ciclo reproductivo tradicional del maíz. “La falta de lluvias oportunas fue justamente lo que en algún momento permitió el crecimiento del área maíz en la provincia de Córdoba. Este corrimiento de fechas de siembra, esta oportunidad ambiental de calzar la necesidad del cultivo con precipitaciones más allá del periodo crítico tradicional que podía estar cerca de enero y llevarlo a febrero se logró con fechas de siembra más tardía. Pero bueno, es lo que hoy nos está condicionando el manejo”, indicó.
-¿Entonces decís que el maíz puede ser que se mantenga más en el sur provincial, donde se suele sembrar más temprano?
–Claro, la zona clásica de siembra temprano en la provincia de Córdoba son los departamentos del sudeste: Unión y Marcos Juárez. No obstante, la zona sur Río Cuarto, General Roca, Presidente Roque Sáenz Peña son zonas de siembra, quizás un poco más tardía, pero no han tenido el impacto del golpe del complejo de achaparramiento, como sí lo hubo en el centro norte. Así que esa zona podría continuar con sus siembras en fechas tradicionales.
-¿Puede cambiar esta situación, que augura un fuerte descenso de la producción?
-La verdad es que eso es hacer futurología. Yo diría que con las condiciones que hoy tenemos, los pronósticos que hoy tenemos, no solo es una cuestión de pato sistema, sino que también es una cuestión económica. Los márgenes están muy ajustados y hacer frente a esta nueva enfermedad supone una erogación de costos que es complicado. que la ecuación cierre.
“En un sistema donde más del 70% de la producción se hace en lotes arrendados y este se convierte en uno de los principales costos, el tener que sumar cualquier estrategia de manejo y control, para justamente hacer frente a la chicharrita, insume nuevos costos que difícilmente puedan ser cubiertos , terminó diciendo.