La poderoso industria aceitera argentina, que es representada por Ciara-CEC y aporta uno de cada cuatro dólares que ingresan por exportaciones a la Argentina, lamentó este jueves públicamente que el nuevo gobierno de Alberto Fernández no haya desandado el camino iniciado por Mauricio Macri en agosto de 2018, cuando se eliminó el diferencial histórico de retenciones que existía entre los embarques del poroto de soja y sus derivados industriales, el aceite y la harina.
En efecto, los tres productos (la materia prima y los que derivan de su molienda) quedaron con una retención del 33%, sin diferencias entre ellos. En los últimos meses el sector aceitero había realizado gestiones para que se volviera a distinguir tributariamente unos de otros (históricamente la soja tributó de 2,5 a 3 puntos más que los productos industriales), como un modo de promover la molienda del poroto en el país y la exportación de productos con mayor valor agregado.
Pero eso no sucedió. Y por ello, en un comunicado, la cámara que preside Gustavo Idígoras (foto) “instó nuevamente a defender la industrialización de la soja en el país mediante el establecimiento de derechos de exportación que no castiguen la transformación y el empleo en la Argentina”.
“El Decreto 230/2020 publicado en el día de la fecha, eleva las alícuotas de derechos no solo para la soja sino también para la harina y el aceite de soja, castigando a través de un impuesto al valor agregado de exportación, la industrialización, el empleo y la mayor
generación de divisas para el país al ser el primer sector exportador nacional y líder mundial en estos productos procesados”, afirmó el comunicado de la entidad que agrupa enormes empresas como Cargill, Bunge, Dreyfus, AGD, Monlinos Agro,Cofco y otras.
El ministro de Agricultura, al presentar el nuevo esquema de retenciones, dijo que se estudió a fondo el asunto de reimplantar el diferencial, pero aceptó que la decisión de reimplantarlos no se tomó debido a la resistencia de los productores, quien ven detrás de esa medida un subsidio directo desde el sector a la industria aceitera. Es que los precios internos de toda la soja replican de inmediato el impacto de retenciones que ahora están en 33%, pero si se hubiera reimplantado ese diferencial, las grandes fábricas podrían exportar la mayor parte como pellets o aceite, apropiándose de la diferencia.
Basterra, de todos modos, aclaró que una posible marcha atrás a la decisión de Macri de eliminar esta brecha entre retenciones de la materia prima y sus derivados, seguirá siendo estudiada. Y recalcó que al gobierno de Alberto le interesa tomar políticas activas para promover un mayor valor agregado.
Ciara-CEC, en ese sentido, metió el dedo en la llaga al apuntar que “el gobierno ha establecido derechos de exportación inferiores que las materias primas” en otros rubros. Citó los casos de la harina de trigo, del maíz, del maní procesado, de los pescados procesados. Y podría haber citado también el caso del biodiésel que se elabora a partir del aceite de soja, que finalmente quedó con una tasa del 30%.
“Es por ello que proponemos que el gobierno aplique un tratamiento impositivo igualitario para poder recuperar la fortaleza de la industrialización de soja en nuestro país. Ciara-CEC entiende que el gobierno está enfrentando el desafío de lograr una deuda externa sostenible, pero estamos convencidos que se debe hacer con una lógica de construcción y defensa de la industria nacional”, sostuvo la entidad que agrupa a las mayores exportadoras.
La entidad advirtió que “eEl proceso de primarización de la soja, que implicó que su venta como poroto sin procesamiento, al exterior creciera el año pasado un 140% -según datos del INDEC- atenta contra el desarrollo del empleo, la industrialización en el país y deprime los precios locales a los productores, por lo que reduce la exportación de productos con mayor valor agregado y consiguientemente el mayor ingreso de divisas. Actualmente, la
industria tiene una capacidad ociosa del 43%”.