La molienda de soja en el primer cuatrimestre de la campaña actual es la más baja en quince años, mientras que la capacidad ociosa de la industria podría alcanzar el 70% hacia finales de la campaña.
La histórica sequía que afectó la campaña en curso recortó la producción de soja en más de un 50% respecto al año anterior, previéndose una cosecha de apenas 20,0 Mt para el ciclo 2022/23 frente a las 42,2 millones alcanzadas durante la campaña previa.
“Uno de los principales impactos de esta caída nunca antes observada en la producción de soja tiene que ver con la industria aceitera y harinera que utiliza el poroto de soja como insumo principal, teniendo en cuenta que gran parte de la producción de la oleaginosa tiene como destino la industria local”, señala un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
La molienda de soja en lo que va de la presente campaña comercial 2022/23 –abril a julio de este año– es de apenas 11,9 millones de toneladas, la cifra más baja de los últimos quince años a pesar del récord histórico de importación de poroto.
El equipo técnico de la BCR proyectó que, en las actuales circunstancias, entre diciembre de 2023 y febrero de 2024 la capacidad ociosa de la industria aceitera argentina podría superar el 70%, lo que representa para el sector un desafío tanto en términos económicos como financieros y laborales.
Hasta julio pasado el aporte de la soja importada de naciones limítrofes contribuyó a compensar parte del déficit de oferta provocado por el desastre climático registrado en la Argentina, pero ese volumen comenzó a descender a partir de agosto y recién se reactivará en marzo del año que viene con el ingreso de la nueva cosecha paraguaya.
La realidad es que el factor que falta en la proyección realizada por la BCR es cuándo y cómo se instrumentará por parte del gobierno nacional el próximo incentivo cambiario o impositivo para promover ventas de soja por parte de los productores, las cuales siguen en estado “vegetativo” desde la implementación de la última edición del régimen del “dólar soja”.
Como tal decisión política se tomará en función de las necesidades de gestión del equipo económico del ministro Sergio Massa, no es sencillo anticipar cuándo llegará a implementarse la medida.
En cualquier caso, la industria aceitera –principal sector generados de divisas de la economía argentina– tiene por delante un panorama complejo por enfrentar hasta el ingreso de la nueva cosecha argentina en abril de 2024.
Existen factores para mantener cierto optimismo en soja, pero no sucede lo mismo en el caso del maíz
Mas aya de la situacion confiemos en Dios y por favor que se habran puertas laborales y que se revierta la situación