Parecían haber quedado knockout tras el anuncio del vocero presidencial Manuel Adorni, de que el gobierno iba a generar mejores condiciones de competencia en el mercado local de la vacuna antiaftosa habilitando la importación del medicamente desde países vecinos. Pero la normativa técnica para habilitar esta situación todavía no se firmó. Y los proveedores actuales de la vacuna, Biogénesis Bagó y CDV, se levantaron de la lona en las últimas horas para defender el esquema actual y alertar que la gestión de Javier Milei se expone a tomar una mala decisión científica, que podría lamentar luego.
La discusión ya fue relatada con claridad por Bichos de Campo: desde 2005 el Senasa exige que todas las vacunas que se apliquen sean “tetravalentes”, es decir que tengan cobertura contra cuatro cepas distintas del virus aftósico,. incluyendo la A2001, que es la variante que irrumpió en la Argentina en la crisis de 2001 y provocó el gran rebrote aftósico. En los países vecinos se utiliza una vacuna “bivalente”, con dos cepas, que se ha mostrado igualmente eficiente, porque no hay casos de la zoonosis desde 20026. El Senasa debe definir técnicamente como habilita el ingreso de esa vacuna, desmontando la exigencia de las cuatro cepas. Para algunos es simplemente una barrera artificial justamente para evitar la competencia y crear un mercado cautivo.
Para los laboratorios que se verían perjudicados con la importación de vacunas desde Brasil, la lectura no es la misma.
Rodolfo Bellinzoni, el histórico director de operaciones e innovación de Biogénesis Bagó, salió a explicar en varios medios que “en Argentina se utiliza una vacuna tetravalente contra la fiebre aftosa y se la debe considerar como la mejor opción para garantizar el estatus sanitario de nuestro país”, ratificando lo hecho hasta el momento en materia de exigencias a los proveedores. .
Luego, frente a la decisión de “pasar de la vacuna actual con cuatro virus a una vacuna con solo dos”, el especialista en aftosa de Biogénesis Bagó indicó que la situación “abrió un debate técnico científico que necesita un abordaje realmente profundo y serio. Si bien la decisión y responsabilidad es finalmente del Senasa, las consecuencias de una mala decisión afectarán a todos los productores y en consecuencia a la economía del país”.
En el mismo sentido, explicó que “en este debate se propone retirar el virus A2001 que fue el último en aparecer en Argentina en el 2001 y en cambio mantener el A24 que es un virus aislado en el año 1955”. De hecho, las vacunas bivalentes utilizadas en toda la región tienen las cepas 01 Campo y A24, mientras que la Argentina tiene las mismas dos cepas más la A2001 y la C.
Bellinzoni mostró luego su juego: “Retirar el virus A2001de la vacuna sería un error y un paso atrás en términos de protección contra las variantes de virus tipo A que hoy circulan por el mundo, especialmente en países de la región como Venezuela donde está presente la enfermedad y no existen datos claros de cuáles son los tipos de virus de la aftosa circulantes. El consenso de los expertos en la materia es que el virus que le agrega valor a la vacuna y la transforma en una vacuna de clase mundial, es el A2001, porque la combinación de ambos virus, A24 y A2001, le dan a la vacuna la característica de ampliar su protección y eso hace que todos los países con análisis de riesgo actualizados elijan esta vacuna. Existen numerosas publicaciones científicas internacionales que demuestran esto fehacientemente”, escribió.
En tanto, el segundo de los proveedores actuales, el laboratorio CDV, habló de “falsas informaciones con el objetivo de confundir a la opinión pública, a las autoridades y a varias entidades respecto de la vacuna antiaftosa”. Y brindó en un comunicado sus propias reflexiones.
Señaló que “en Argentina no está prohibida la importación de vacunas antiaftosa, de acuerdo con la Ley 24.305, Artículo 11, vigente desde el año 1994, siempre que se cumpla con los registros de productos de origen biológico, como en cualquier parte del mundo” Y manifestó que “referentes técnicos reconocidos a nivel mundial sostienen que, considerando factores como el contexto regional, estudios epidemiológicos, magnitud y amplitud de protección conferida, entre otros, la vacuna Antiaftosa debe conservar su composición actual”.
“Un brote de aftosa pondría al país, una vez más, fuera de todos los mercados de exportación, donde se destina más del 35% de la producción cárnica del país. Esto podría ocasionar caídas de hasta 3 mil millones de dólares en exportaciones anuales” indicó el segundo labor nacional que produce el medicamento, y que recordó que esas vacunas son sometidas a “estrictos controles de eficacia (potencia) y seguridad”.
Luego de fijar estos argumentos, el párrafo central del comunicado de CDV es el siguiente: “Importar vacunas de otros países con composición antigénica diferente a las requeridas por la regulación vigente, sin un adecuado aval técnico científico previo, ni controles sanitarios y normativos, en especial de potencia (eficacia), podría ser una decisión riesgosa a nivel sanitario, productivo y económico”.
Fuentes del Senasa, a todo esto, aclararon que en caso de aceptar el cambio de composición de la vacuna, en materia de las cepas que deben integrar el inóculo, los controles sobre potencia (eficacia) serán hechos sobre las vacunas importadas, en este caso las que propuso importar el laboratorio Tecnovax a mitad de precio. El laboratorio, también argentino, propuso la semana pasada importar hasta 25 millones de dosis de la vacuna bivalente, que podrían venderse en torno a 1 dólar por dosis, la mitad del precio que cobran actualmente los fabricantes nacionales.
El valor de la vacuna, aclararon funcionarios del organismo sanitario, poco y nada está influenciado por la cantidad de cepas contra las que ofrece cobertura.