Esta es una nota absurda pero divertida, pues intentaremos una mínima evaluación de la gestión del ministro de Agricultura, Luis Miguel Etchevehere, que comenzó en noviembre de 2017 y termina el próximo martes, según los regalos que recibió y declaró ante la Oficina Anticorrupción. Es un ejercicio muy ilustrativo y entretenido que puede realizar cualquiera accediendo a esta página oficial.
Una primera lectura es que los mejores regalos, o al menos los más curiosos, Etchevehere los recibió en las sucesivas giras o tratativas que lideró con los países de lejano Oriente, en su ahínco por abrir nuevos mercados para los productos argentinos. Los indios se han revelado como grandes regaleros, pero los chinos y los japoneses no se quedan atrás. Y hasta los mongoles dijeron presente, con un presente.
Algunos de los regalos oficiales que realizaron las autoridades de la India a Etchevehere, y que han ido a parar -según las pautas fijadas por la Oficina Anticorrupción- al patrimonio cultural del Ministerio, parecen ser verdaderas obras de arte:
- Dos patos de latón realizados por moldeo en arena.
- 6 Posavasos de cerámica y un porta posavasos, que es un producto de piedras semipreciosas realizadas a mano.
- Un cuadro realizado con diferentes piezas de madera formando figuras relacionadas a ese país.
- Un plato de mármol, con incrustaciones de piedras semipreciosas con base de madera.
Con India se lograron varios acuerdos comerciales en esta getsión, como la apertura a los limones tucumanos. Y es tanta la potencialidad que Etchevehere decidió abrir inclusive allá una nueva agregaduría agrícola. Pero, se sabe, la gran obsesión del funcionario fue China, que abrió como nunca antes su mercado a las carnes de origen nacional, y hasta aceptó comprar harina de soja, un producto hasta ahora vedado. No se sabe cuanto tallaron los regalos, pero muestran que hubo buena sintonía:
- Una pintura realizada sobre seda china.
- El libro “La Ruta de la Seda”, producido por Zhuang Tian
Japón fue otro país asiático con el que Etchevehere buscó promover el comercio e incluso logró que importara por primera vez en la historia un lote de carne vacuna de la Patagonia. Los nipones también se inclinan por los regalos diplomáticos artísticos:
- Una bandeja de cerámica pintada con flores del cerezos, que es la flor mas popular Japonesa.
- Una cajita de lata grabada a mano con cincel.
Hubo otros países exóticos visitados por el ministro de Agricultura saliente, que le hicieron obsequios no menos extraños.
El propio Etchevehere nos contó que en la mesita de su despacho tiene un extraño huevo pintado con una escena de un elefante y otros animales en su contorno, que le habían obsequiado desde algún país africano, que no recuerda. Pero hubo más:
- De su gira por Bangladesh se trajo una réplica de los antiguos barcos que se utilizaban allí para el comercio.
- Un lienzo con motivos de la República de Mozambique.
- Seis tazas chicas de cerámica, con dibujos propios del Mongolia, más un plato de simil bronce con grabados de monumentos típicos de ese país.
- Una caja de Porcelana con un grabado de la “Puerta de Brandenburgo”, que le regalaron en Berlín.
- Una caja de madera que contiene una escultura que es un modelo de carro militar antiguo, tirado por caballos, regalo del Ministerio de Medio Ambiente y Agricultura de Georgia.
- Una escultura miniatura copia de la cabeza de vaca Hathor, diosa del amor, la alegría y la maternidad, de la embajada de Egipto en Argentina.
- Una papa de cerámica “The Frederik Potato”, representativa de Alemania.
- Aleksandr Tkachov, el ministro de Agricultura de Rusia, le obsequió un cuadro con una imagen de su país.
No menos curiosos han sido algunos de los regalos que Etchevehere recibió por sus actividades protocolares dentro del país. En este ámbito predominan los regalos con motivos gauchescos. A saber:
- Un mate de cuero con una bombilla de la Municipalidad de Salto.
- Un libro denominado “Nueva Traducción Viviente de la Santa Biblia” de la Fiesta de la Apicultura en Maciá. En otra exposición le regalaron además una artesanía en madera con forma de abeja.
- Una escultura de cerámica con la cara de un gaucho, sobre una base de madera, que le entregaron desde la Municipalidad de Ayacucho durante una visita a las obras hídricas sobre el Río Salado.
- Un porta cubierto, de cuero y carpincho con cierre, y en su interior contiene dos tablas de madera, dos tenedores y dos cuchillos con mangos de madera, obsequio del Renatre.
- Un libro denominado: “Universo Borgeano”, del Banco Ciudad.
- Un aburridísimo libro denominado: “Memoria y Balance”, de la Bolsa de Santa Fe.
- Una miserable placa de Acrílico de la Provincia de Cordoba.
- Gustavo Bordet, gobernador de Entre Ríos, le obsequió un cinturón de cuero, bordado a mano con una yunta de alpaca.
El regalo más extraño que recibió Etchevehere, sin embargo, es sin duda un presente que recibieron muchos de los asistentes a un acto en la Sociedad Rural donde se presentó la primera variedad de papa transgénica que desarrolló en la Argentina por la firma Tecnoplant.
- Una réplica en miniatura de una papa transgénica dentro de un cubículo de acrílico y una foto enmarcada haciendo referencia al 1º Evento transgénico vegetal desarrollado y aprobado en Argentina.
Pero el que más le envidiamos nosotros, los Bichos de Campo, es un regalo que podía guardarse por demasiado tiempo. Se lo hizo el representante en a Argentina del IICA:
- Caja de madera con 3 botellas de vino Don Nicanor de Nieto Senetiner
En ese caso, la declaración obligatoria que Etchevehere realizó ante la Oficina Antcorrupción no deja dudas. El destino que se le dio al regalo no fue sumarlo al patrimonio cultural sino que fue “otro, por naturaleza del obsequio”.
¿Y cuál fue? “Consumo interno de esta cartera”, se explicó.