Todo sube en el negocio ganadero tras la devaluación posterior a las PASO, y sobre todo por el fuerte recorte de ofrecimientos de ganado que se produjo en el último mes, luego que de entre enero y julio se liquidara hacienda como consecuencia de la sequía que dejó a los campos sin forraje.
En 20 días, el ganado con destino a la faena aumentó entre un 40% y 50%. La mejora comenzó a fines de julio y se acentuó con la devaluación del tipo de cambio oficial, tal como sucede con todos los demás rubros de la economía argentina, que están ajustando precios tras la decisión del gobierno de aumentar el valor del dólar oficial o reconocer, en parte, la depreciación del peso.
En ese contexto, el valor de los terneros que venden los criadores no se quedó atrás. Aquellos de 180 a 200 kilos se comercializan en promedio en 1.000 pesos, pero hay lotes que ya se negocian en 1.100 a 1.200 pesos, y con perspectivas de subas en este contexto tan incierto y con tan poca hacienda.
Argentina Impotencia: Frigoríficos exportadores reducen días de faena porque no consiguen hacienda
Lamentablemente son pocos los criadores que pueden aprovechar esta situación, porque la mayor parte de la invernada se desteta y vende en el otoño.
Ese proceso se anticipó por la sequía. En febrero ya había una oferta mucho más importante que en otros ciclos ganaderos.
La liquidación fue también de terneros, no sólo de vacas, y se reflejó en la mayor salida de hacienda rumbo a los feedlots, que recibieron 3,3 millones de terneros entre enero y julio, contra los 2,8 en el mismo período del año pasado. Esto significa que en 7 meses entraron a los corrales casi la mitad de los terneros que se comercializan cada año, que suman entre 7 y 7,5 millones.
El promedio de 1.000 pesos dejaría de tener vigencia en pocos días más. No hay oferta y los que venden ganado gordo a los frigoríficos buscan reponer terneros de cría como pueden, para quedar posicionados en hacienda y no tener pesos en la mano.
Además, se proyecta que la suba siga el año que viene porque se espera una caída importante de la oferta de hacienda para la faena, debido a que el próximo destete será menor a lo habitual. Eso es consecuencia de otro impacto de la seca: la menor preñez de las vacas.
Si cae 10% la producción de invernada, entonces, por la seca, la faena se reduciría en más de 1 millón de animales, lo que equivale a un mes menos de trabajo en los frigoríficos.
El mercado está en ebullición y continuo cambio. Baila al ritmo de la incertidumbre económica y política, pero sobre todo está condicionado por el faltante de ganado en todas sus categorías, por lo que las variaciones en los precios son constantes.
Que apriete nomas el mafioso de Massa y la condenada. No hay y no hay terneros/ terneras.