Los precios de la hacienda de invernada se afirman cada semana que pasa y con cada remate que se realiza. En la semana que está terminando, las subastas de los consignatarios dan cuenta de un nuevo salto en los valores de la hacienda para engordar, pues hay interés de productores a campo y de algunos feedlots que están reponiendo. El precio promedio de los terneros machos de 180 kilos ronda ya los 125 a 130 pesos.
Con estos valores, la mejora en el precio de los terneros ya llega al 80% respecto de los que había hace un año.
Es muy diferente este escenario frente a lo que sucede con el ganado que ya está listo para ir a faena. En ese caso, hay un precio estancado al menos en los últimos dos meses y la suba en el último año se ha limitado a entre 35 y 40% según la categoría.
Los que están comprando terneros son principalmente los recriadores, que no sufrieron hasta ahora fríos intensos y que cuentan con pasturas. Con la primavera cada vez más cerca, son los que puedan agregarle a estos bovinos jóvenes algunos kilos más.
Compran también los terneros algunos operadores del negocio de la carne y por eso los engordes a corral más profesionales se van llenando. Según el dato de la Cámara de Feedlot, los establecimientos que informan encierres tienen el 70% de sus corrales ocupados. Esto aun cuando la foto del resultado del negocios del engorde -con los precios que tiene hoy el alimento-, la invernada y el gordo da como mínimo una pérdida de 600 pesos por animal.
Ese interés comprador se debe a la incertidumbre cambiaria y económica, que empuja a los operadores del negocio de la carne y a los productores a reponer a cualquier costo, para no quedarse con los pesos en la mano ante la falta de alternativas de inversión de cualquier tipo y la imposibilidad de acceder al dólar como refugio.
El nivel de reposición de hacienda indica que en la segunda parte del año habría una oferta de ganado terminado tan alta como en el primer semestre, lo que llevaría a una faena total en 2020 en torno a las 14 millones de cabezas. En consecuencia habría mucha carne vacuna para la exportación y para el consumo interno, que se juntaría con la creciente oferta de pollos y de carne porcina. Las tres en conjunto permiten por ahora mantener un consumo promedio por habitante y año de 118 kilos.
Pero frente a esta oferta, la menor demanda local y mundial, indica para muchos que los precios no tendrían fundamentos alcistas al menos en términos reales en los próximos meses. Parece ser una buena noticia para el Gobierno pero mala para el negocio, y por eso hay referentes en las cadenas de las tres carnes pidiendo medidas que mejoren la competitividad -sobre todo de la carne vacuna- para desagotar al mercado local y permitir al menos cierta reacción en las cotizaciones.