La faena vacuna tuvo una leve caída agosto, pero sigue en niveles elevados y algunos analistas consideran que al cierre del año alcanzaría los mismo niveles que en 2024.
En agosto, según las estadísticas del Senasa, los productores enviaron a los frigoríficos 1,19 millón de vacunos, contra los 1,24 millones de julio. La baja sería de 4%, pero hay que tener en cuenta que en julio hubo dos días hábiles más por lo que la actividad diaria terminó siendo levemente superior en agosto.
Eso indica que, si se hubiera trabajado la misma cantidad de días, la faena mensual del octavo mes del año habría sido igual o mayor que en julio.
De los cambios entre las diferentes categorías se destaca la caída en la oferta de vacas. En agosto hubo envíos a faena por 245.000 vacas, esto significa un 12% menos respecto de julio. En lo que va del año la faena de esta categoría se redujo en torno al 10%.
Por la menor faena, y gracias también a la mejora en la situación cambiaria, los frigoríficos están pagando mejores precios por esta categoría, aumentando 45% en tan solo dos meses. Las vacas tuvieron una cotización promedio en agosto de 2180 pesos por kilo vivo en el Mercado Agroganadero de Cañuelas, cuando en junio ese precio fue de 1500 pesos.
La menor oferta, según analistas, tiene que ver con la alta salida de los vientres vacíos de los campos de cría durante los años de sequía y con la buena preñez detectada en 2025.
Por otra parte, la presión de China por hacerse de carne en los últimos meses del año ayudará a mantener firmes los precios de esta categoría vacuna.
Si se suma la oferta de vaquillonas, se alcanzó en agosto una faena de hembras de 46%. Esto indica una participación baja, aunque los especialistas vienen alertando que todavía no se inició el proceso de retención de vientres necesario para recuperar el rodeo nacional, que viene de dos años de caída.
Si bien hay entusiasmo en el sector ganadero, los buenos precios de las terneras hicieron que muchos criadores decidieran su venta antes que apostar por su preñez. Eso se combinó con tactos buenos de las vacas que ya estaban en producción. Teniendo en cuenta que se venía de años difíciles, con sequías que secaron también los bolsillos, es siempre mejor ir a lo seguro.
Para que se revierta el proceso y haya una sostenida retenciones de vientres se requiere no sólo de un mejor escenario de precios sino también de buenas perspectivas macroeconómicas y este año electoral no las está generando.
La disparada del dólar, pero sobre todo de las tasas de interés, genera incertidumbre y parece suicida acordar cualquier deuda. Entonces las empresas se terminan financiando con recursos propios. En ganadería eso significa vender hacienda y por eso la faena sigue en niveles elevados.
En definitiva, pese a la necesidad de cuidar los vientres para recomponer el rodeo, se estima que la faena alcanzaría volúmenes similares a los de 2024, que terminó en niveles altos y con una caída del stock ganadero hasta por debajo de los 50 millones de cabezas.