Se redujo la oferta de hacienda para la faena y, tal como adelantó Bichos de Campo, los precios se afirmaron. Los frigoríficos no consiguen toda la hacienda que buscan.Los magros ingresos de animales que se vienen registrando en el Mercado de Liniers son una muestra de ese fenómeno.
En el mes de febrero no se suelen registrar alzas importantes en el valor de la hacienda porque las familias, luego de las vacaciones, tienen por lo general menores recursos y deben enfrentar los gastos escolares en el arranque del ciclo lectivo. Pero este año eso cambió.
Si se comparan los precios pagados hoy en el Mercado de Liniers con lo negociados en el último día de operaciones del mes pasado (29 de enero), el valor promedio de los novillos, en términos nominales, aumentó un 8%, el de los novillitos un 5%, el de las vaquillonas un 4% y el de las vacas casi 10%.
El dato es que, mientras que en el cierre del 2020 los precios aumentaron por la reacción de la demanda interna, que pudo finalmente, luego del aislamiento social, comenzar a realizar reuniones sociales o ir a restaurantes, ahora el pulso del mercado lo marca la poca oferta.
Los feedlots vienen reduciendo los encierres porque, si bien hacia fines de año se revirtieron los enormes márgenes negativos registrados en la mayor parte de 2020 por la actividad, los mismos siguen mayormente teniendo “números rojos”.
Además, los que tienen hacienda en recría estiran los procesos productivos para agregar la mayor cantidad de kilos posibles con pasto, dado que la relación maíz/carne es muy desfavorable.
El faltante de ganado se mantendría al menos durante los primeros meses del años, hasta que aparezca la hacienda recriada o la que provenga de los feedlots.
La gran pregunta es cuánto de los aumentos observados (y los que eventualmente se vienen) van a ser convalidados por los consumidores argentinos, cuyo poder adquisitivo viene cayendo de manera progresiva en los últimos tres años.