Ya sucedió en la campaña anterior, especialmente en la zona algodonera del este de Santiago del Estero. Ahora que se renueva la siembra de ese cultivo textil, los productores no quieren sorpresas desagradables y abrieron el paraguas advirtiendo a los gobiernos y a las empresas distribuidoras de insumos que hagan respetar las reglas para la utilización del herbicida 2,4D en el norte del país, donde su uso está prohibido entre octubre y febrero. De lo contrario amenazan con recurrir a la justicia, al igual de lo que sucede con frecuencia en los tribunales de los Estados Unidos.
Héctor Linke, el presidente de la Asociación Argentina de Productores de Algodón, tiene autoridad para hablar sobre este asunto porque es un productos grande que hace las dos cosas: cultiva soja y maíz que utilizan el herbicida 2,4D y a la vez tiene una gran superficie algodonera que podría sufrir severos daños si ese herbicida no es aplicado en los tiempos correctos y evitando cualquier posibilidad de deriva. Fue él quien lanzó la advertencia, sobre todo porque advierte un avanzada en el norte de las nuevas sojas Enlist, que fueron modificadas genéticamente para resistir las aplicaciones de ese agroquímico.
-¿Por qué te preocupa particularmente este asunto?- le preguntó Bichos de Campo.
-Este año que pasó fue gravísimo. La mayor cantidad de productores algodoneros y también los más grandes están en la zona de secano en Santiago del Estero, donde hay mucha cantidad de algodón. Y han sufrido un inmenso daño. En principio le echamos la culpa a la sequía, le echamos la culpa a un montón de cosas, pero después empezamos a ver que una soja estaba con un rendimiento óptimo. O sea que la sequía no era.
-¿Y qué sucedía con esos cultivos de algodón?
-El problema es el que nosotros venimos anticipando hace tres años. Venimos diciendo que el 2,4D va a ser un problema y va a tener una incidencia muy alta en el algodón. Es un problema que se está dando a conocer y esperamos que no sea peor esta situación.
Mirá la entrevista con Héctor Linke:
El 2,4D es un herbicida muy utilizado en todo el mundo para el control de malezas de hoja ancha. En la Argentina es vendido por múltiples empresas y su utilización está creciendo como consecuencia de la crisis de resistencia que muchas malezas han comenzado a mostrar frente al glifosato y otros productos químicos.
Linke explicó: “El glifosato ya tiene mucha maleza resistente. Entonces ahora se generaron las famosas sojas resistentes a este tipo de producto y todo lo que viene por delante va a ser para que podamos combatir estas malezas resistentes que no son controladas por el glifosato. Pero bueno, el algodón tiene un inconveniente muy grave, que es que no soporta el 2,4D. Es uno de los peores enemigo que tiene y una de las peores situaciones que puede llegar a sufrir”.
En las provincias del norte del país, en especial en Santiago del Estero, Chaco y Santa Fe, se han sembrado en la campaña 2021/22 unas 500 mil hectáreas de algodón, y este año se aspira a repetir esa buena superficie de siembra. Pero allí el problema es que los lotes dedicados al textil conviven con otros implantados con soja y maíz. Por eso el riesgo de daños por deriva es alto si no se hacen las cosas como corresponde.
-El año pasado se denunciaron daños en Santiago del Estero. ¿Qué efectos provoca el 2,4D en el algodón?
–Tenés un efecto de deformación en la hoja. Si hablamos cuando el algodón está en un estadio muy bajo, entre cuando nace y los 30 días, el cultivo siempre es afectado en su tallo principal. Lo que pasa es que por ahí si llueve, alcanza a reaccionar y a producir algo. Pero ahora estamos viendo que ciertos productos van a ser aplicados en fechas en las que el algodón está en floración. Te diría que el daño va a ser total, de hasta un 80/90%. O sea que el productor no va a cosechar nada.
-¿Y cómo llega el 2,4D hasta una planta de algodón?
-Llega por las derivas de los distintos campos vecinos que están aplicando para combatir la famosa Amaranthus Palmeri (yuyo colorado). Con solo llegarle el olor de este producto, por decir una dosis mínima, ya tenemos el efecto dañino en el algodón.
-Y si eso sucede en una planta grande de algodón, se marchitan las hojas, no va a captar tanta radiación solar, con lo cual el capullo va a ser una lágrima.
-Totalmente. O sea cada vez menor producción, menor calidad de fibra. Este producto está realmente bueno (se refiere a las sojas Enlist). Nosotros no estamos en contra. No decimos no a la tecnología que viene en soja. Pero estamos cuidando el algodón.
¿Y cómo se puede evitar este daño?
-Nosotros siempre fuimos de decir que la tecnología sirve. Ahora, ¿por qué autorizamos en el norte una tecnología de este tipo que va a dañar a un cultivo tan noble, a una economía regional como el algodón? Entonces, vamos a tener cuidado cuando vayamos a legislar. Tengamos cuidado con los diferentes cultivos que se hacen en las diferentes regiones. Pongamos un poco de mirada encima. Dios quiera que todo lo que yo esté diciendo esté equivocado, pero el algodón va a sufrir mucho y va a ser una consecuencia muy grave para la provincia de Santiago del Estero, de Santa Fe, de Chaco.
-Las empresas formuladoras de 2,4D seguramente van a decir que si el producto está bien aplicado no tiene por qué haber deriva. Y que existen formulaciones que impiden la deriva. ¿Ustedes creen que con eso no alcanza?
-Ahí nos tenemos que situar en lo que dice la ley. La provincia de Chaco, la de Santiago del Estero y también Santa Fe tienen una ley que establece que entre octubre y febrero que no se puede aplicar este producto bajo ninguna formulación. Las empresas me dirán que bien aplicado no habría problema. Pero yo no estoy discutiendo si está bien aplicado o no. Yo estoy discutiendo que la ley lo prohíbe: el productor no lo puede aplicar y ese es el mensaje que nosotros queremos dejar bien claro.
-¿Si los estados provinciales dictaron una ley, por qué no la hacen cumplir?
-Bueno, ese es el otro inconveniente. Estábamos tratando desde la Asociación de tratar de obligar a los Estados que esta ley se cumpla como se tienen que cumplir.
-¿El lapso de prohibición coincide con los tiempos de una soja que va a necesitar alguna aplicación?
–Claro. Por un lado estamos ofreciendo que ese producto puede ser aplicado en esa soja, pero eso está bien en el sur, en Buenos Aires puede ser, pero acá en el norte no lo pueden hacer. El productor de Santiago del Estero y Chaco tiene que entender que ese producto no lo puede aplicar porque lo tiene prohibido bajo la ley y si lo aplica va a recibir la responsabilidad de que les corresponda.
-¿Si un productor de algodón es dañado por 2,4D y lo comprueba, podrá si quiere iniciar un juicio contra su vecino?
-Sería triste caer en eso de que un productor destruye a otro cuando son todos productores.
-¿Pero ustedes sostienen que corremos peligro de tener una catástrofe en la producción de algodón del norte si nos hacemos los distraídos frente a la ley que establece una prohibición para el 2,4D?
–Totalmente, porque ya lo sufrimos. Este año tuvimos aplicaciones de 2,4D en diciembre, cuando la ley lo prohibía. Y el que debe controlar que eso se cumpla no lo está haciendo. ¿Cómo puede un expendedor de ese producto estar vendiendo si está prohibido? Yo solo pregunto.
-¿Pero además el productor que lo aplica no debería tener una receta firmada por un agrónomo?
-Totalmente, pero acá no se aplica. Yo conozco campos que aplican sin receta y la gente que anda arriba de la pulverizadora por ahí no sabe que tiene un producto que puede dañar al vecino.
-Lo lindo sería que se junten todos los sectores y resuelvan cuáles son las reglas de juego.
-Totalmente. Eso es un poco lo que desde la Asociación estamos promoviendo. Pero también queremos comunicar esto, queremos contar la verdad. Entonces primero la ley. No vamos a discutir si lo podemos aplicar con buenas prácticas o no. Está prohibido.