El porteño diario La Nación dedicó un amplio espacio de su edición dominical a la crisis yerbatera. Desde el vamos se identifica allí con claridad cuál es el eje del conflicto, que se repite año a año y ahora amenaza llegar a la Plaza de Mayo, donde los productores misioneros planean realizar un “yerbatazo” en los próximos días, inicialmente el 15 de marzo. El artículo lo escribe Martín Boerr desde Posadas y entre otras cosas afirma:
- En Misiones hay una crisis de la cadena yerbatera que se agudiza día a día y le pega con todo al eslabón más débil, los casi 17.000 chacareros (aquí se los llama “colonos”) que tienen entre 20 y 25 hectáreas y sufren por el no cumplimiento del precio de $ 5,10 el kilo de hoja verde y por el pago con cheques a plazos de hasta 180 días, cuando las transacciones deberían cancelarse al contado por ley. Los chacareros tienen que ir después a alguna “cueva” de las que proliferan por el interior y cambiar esos cheques a tasas exorbitantes”.
- Hoy se está pagando $ 3 el kilo de hoja verde, el secadero recibe la yerba y en los papeles se hace figurar que la venta se hizo por $ 5,10″, dijo a LA NACION Cristian Klingbeil, plantador de yerba de la localidad de Guaraní -distante a 100 kilómetros de Posadas- y vicepresidente de APAM, la más combativa de las ocho asociaciones de productores yerbateros.
- “Para el presidente de la Federación Agraria de Misiones, Jorge Batiuk, hay “complicidad del gobierno nacional con los grandes molinos” para que no paguen los precios acordados a los productores de yerba.
- La crisis amenaza con llevarse puesto al INYM, que tiene a su cargo la tarea de pactar el precio, llegando a un consenso entre todos los actores de la cadena. Eso en teoría, porque la realidad indica que en 15 años casi nunca se logró ese acuerdo. Cuando esto sucede, el reglamento del instituto determina que la Secretaría de Agricultura debe fijar el precio en un laudo. Durante el gobierno anterior, el que controlaba el precio de la materia primera era Guillermo Moreno, desde su cargo en la Secretaría de Comercio, quien ejercía también un férreo control sobre el precio de la yerba mate en las góndolas.
- Para Jerónimo Lagier, director del INYM en representación de los productores, el motivo es “una guerra de precios entre las grandes empresas yerbateras, que pelean por no perder cuota de mercado”. Es decir, antes el precio lo mantenía controlado Moreno y ahora, la competencia entre las grandes marcas.
- “Es cierto que antes estaba Moreno, pero ahora la disputa por el mercado es fuerte y se compite por precio”, dijo Gustavo Redondo, gerente comercial de la empresa CBSé, que era la tercera yerbatera del mercado en 2015 y ahora quedó quinta, a pesar de haber aumentado las ventas 2,4% en 2016. Las Marías (de Virasoro, Corrientes) sigue siendo líder. En segundo lugar está Playadito (de Colonia Liebig, Corrientes) que desplazó a Rosamonte (Apóstoles, Misiones) que dejó ese lugar y pasó a estar cuarta. La tercera ahora en el mercado es Molinos (Nobleza Gaucha). La empresa de la familia Perez Companc tiene la ventaja de no tener a la yerba como su negocio principal: con un portafolio de 400 productos, puede esperar una rentabilidad ajena a los conflictos del mercado de la yerba .
- Ante este panorama, el INYM está estudiando, a pedido de los productores, una medida que jamás se tomó en la década y media de existencia del organismo: cupificar la cantidad de yerba que se entrega a los secaderos. Es decir, sacar yerba mate del mercado para equilibrar la balanza entre la demanda y la sobreoferta actual.