Luego de meses de un importantísimo retraso en los precios de la hacienda de cría, comienzan a mejorar “del subsuelo 2 al subsuelo 1”, dijo el consignatario Juan Pedro Colombo.
Las vaquillonas preñadas que hasta hace poco se vendían en promedio entre 160.000 y 180.000 pesos, es decir, apenas 10% más que el año pasado a igual fecha, ahora se comercializan entre 210.000 y 220.000 pesos.
“Nada del otro mundo, pero es una mejora al fin”, indicó Colombo. El aumento tiene que ver con las lluvias que cayeron en las últimas semanas, que permitieron el rebrote de los campos, y con el hecho de que muchos criadores, que habían descartado vientres, estén saliendo a reponer.
En algunas regiones, la seca y los primeros fríos siguen pegando duro, pero en otras la situación es mejor y eso genera más demanda.
El otro factor es que nadie quiere quedarse en pesos. La crisis cambiaria se profundiza cada día y acelera el desinterés por la moneda local. El que puede compra hacienda, y el que no otra cosa, pero nadie se queda con la plata en el bolsillo.
De todos modos no se puede hablar de “un” mercado de la cría. La situación es muy dispar según cómo haya impactado la seca y cuánta lluvia haya caído en estas últimas semanas.
En cuanto a los terneros, la reacción también fue leve porque la oferta sigue siendo alta. Se vende entre 480 y 500 pesos el macho de 180 kilos, que es el que se toma como referencia, y la ternera de 160 a 170 kilos entre 440 y 450 pesos. La mejora fue de 20 pesos en las últimas dos semanas.
La suba no es mayor por la alta oferta, y porque no se recompuso la oferta forrajera lo suficiente, algo que afectará las recrías y la disponibilidad de ganado terminado y con kilajes altos desde fin de año.
En este contexto climático y productivo se aguarda que haya un pico de hacienda liviana en el invierno para que luego se sienta el faltante de ganado y carne justo durante las elecciones.