La Asociación Argentina de Angus dijo presente, una vez más, en la feria alimenticia Anuga, que esta vez se hizo en Colonia, Alemania. En su stand pudo recibir a importadores interesados en conocer la certificación de la carne de animales de esa raza, su gran caballito de batalla.
En la actualidad “tenemos 25 frigoríficos habilitados para certificar nuestro atributo y siete usuarios de faena. Son exportadores que no tienen planta propia y que hacen el proceso en alguno de los frigoríficos que están habilitados para certificar”, contó al enviado de Bichos de Campo Gastón Alberio, responsable de calidad del área Carnes en la Asociación de Angus.
En Anuga, Alberio acompañó al vicepresidente de Angus, Amadeo Derito, y entre ambos recibieron a importadores europeos y asiáticos.
En 2024 se exportaron 9.000 toneladas de carne de Angus certificada y en lo que va del 2025 ya se despacharon 6.000 toneladas, “así que estamos súper contentos y esperamos repetir el volumen del año pasado”, dijeron.
Los principales destinos de esa carne con marca y sello son China, Estados Unidos y la Unión Europea. “China y Estados Unidos se vienen peleando el primer puesto en los últimos años”, dijo Alberio.
El proceso inicia cuando un frigorífico está interesado en poder certificar el producto que busca exportar y pide entonces a la Asociación una inspección sobre su proceso de faena y producción. A esa demanda se le responde con el envío de un inspector de Angus que controla el proceso.
La certificación comienza en los corrales de la planta frigorífica donde se chequea la condición racial de la hacienda. Para esta certificación se acepta que los animales sean Angus puros y también sus cruzas británicas, tanto con Hereford como con Shorthorn.
En la faena se controla la edad del animal mediante la dentición. Solo se aceptan animales hasta cuatro dientes, es decir que tengan menos de treinta meses de edad.
“En el palco de faena se aceptan solo las categorías novillito y vaquillona, conformación muscular A y B, que son los grados superiores, y también se controla la grasa de cobertura, en la que aceptamos grasa uno, dos y tres, ni cero, que es nada, ni cuatro que es excesivo”.
En la siguiente etapa se realiza el cuarteo. “Se le hace un corte transversal de la media res y se observa el marbling del bife, o sea la grasa intramuscular. La misma tiene que ser igual o superior a un grado ya determinado según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos” contó Alberio.
La última etapa sería la despostada, que es donde se separan los cortes de los cuartos. “Allí se envasan y se etiquetan con nuestro logo. En esta etapa se controla que los cortes estén libres de hematomas y de color oscuro por PH elevado”, describió.
Alberio señaló que “el valor agregado más importante que aporta el proceso de certificación es un producto de alta calidad garantizada, con mucha terneza, sabor y jugosidad. Aparte nuestro programa está aprobado tanto por el Senasa, Unión Europea y el USDA de los Estados Unidos” lo que permite el ingreso a los mercados más exigentes.