Como se dice en la jerga, a Darío Marinozzi le tocó “bailar con la más fea”. Es que a este chacarero de la localidad santafesina de Bombal, entre Rosario y Firmat, le ha tocado asumir en febrero pasado la presidencia de AFA (Agricultores Federados Argentinos) en medio de la peor tragedia productiva de la que se tenga memoria y con la sequía recortando a la mitad casi todas las cosechas de granos.
Aunque llega hasta la exportación y la elaboración final de alimentos, AFA sigue siendo una cooperativa de primer grado, la más grande de su tipo en el país. Hijo y nieto de productores que también abrevaron de esa organización (históricamente ligada a la Federación Agraria hasta que comenzó a tomar distancia en el conflicto por las retenciones móviles), Darío sabe lo importante que se vuelve “la cooperativa” en situaciones como la actual, donde muchos chacareros quedarán endeudados tras el fracaso de su cosecha y además necesitarán financiamiento para volver a arrancar.
Marinozzi, que venía de ser secretario de AFA, reemplazó a Jorge Peteta, quien debió alejarse de la presidencia porque los gringos que alguna vez protagonizaron el famoso Grito de Alcorta conservan las buenas costumbres democráticas y prohíben las reelecciones eternas. “Yo lo cargo siempre a Jorge. Le digo ‘lindo añito’ me dejaste como para que arranque”, bromea.
Pero no es broma. La cosecha de soja se cayo de 44 a 22 millones de toneladas. La de trigo, de 22 a 12 millones. La de maíz, de casi 50 a 33 millones.El primer cimbronazo lo sienten los productores primarios, sin duda. Es plata que se invirtió y no se recuperó, porque los rindes por hectárea fueron insignificantes. Es plata que no está, entonces, para encarar ahora la nueva siembra.
En este contexto Bichos de Campo entrevistó al flamante presidente de AFA:
-Primero contame bien qué es Agricultores Federados Argentinos.
–AFA es una sola cooperativa, es una cooperativa de primer grado. Somos una entidad directamente relacionada con los asociados, donde tenemos presencia. Hoy está dividida en 26 centros primarios. Cada centro primario tiene un consejo asesor de productores que asesoran al Consejo de Administración, que es el que el que toma las decisiones importantes de la cooperativa. Y después hay subcentros, con oficinas comerciales, acopios. Tenemos presencia en 130 localidades de 10 provincias de Argentina, con un total de 36.000 asociados, de los cuales, tras el paso de las distintas generaciones, hay activos unos 15.000.
-¿Y qué significa la cooperativa para ellos?
-La cooperativa es todo, está para todo. Estamos en toda la cadena del valor agregado antes de la siembra. Tenemos nuestra propia fábrica de productos fitosanitarios, que suministramos a nuestros productores. Luego, para que puedan sembrar, les damos acompañamiento con semilla, fertilizante, venta de combustible, distribución. Todos los servicios, completo, hasta seguro de granizo. Después, a partir del momento de la cosecha empezamos la otra etapa que es el acopio y comercialización de sus productos.
-Esta situación pinta fea, porque con la sequía se cayó de golpe y porrazo la cantidad de granos que le llegaba a la cooperativa de sus socios. se redujo a la mitad…
-La mitad o menos, y la cobranza también cayó a la mitad o menos del producto financiado. Entonces es un combo bastante complicado. Los productores que tenemos, nuestros asociados, son fundamentalmente chicos y medianos. Están en una situación muy compleja y atado a eso está la situación del país, que no ayuda en lo más mínimo.
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-La pregunta que sigue es obvia. A fin de mayo empezaron a vencer los planes canje, los financiamiento de la cosecha que se perdió, con lo cual el productor ya debe haber estar tocando la puerta de la cooperativa para pedir una refinanciación.
-No solo refinanciar la que pasó. También nos piden financiar la nueva.
-¿Y eso es posible no siendo la cooperativa un banco?
-Bueno, es posible en nuestra entidad, porque hemos hecho las cosas bien en todos estos últimos años y nos encuentra en un momento de buena liquidez, de una solvencia muy importante y donde estamos ya haciendo frente con prácticamente con recursos propios. Estamos viendo que el sistema financiero o bancario se han hecho un paso al costado y directamente aporta poco.
-¿Poco? ¿No hay sogas financieras?
-Desde los gobiernos estamos esperando señales, hay propuestas, pero en realidad no se concreto nada. Cuando el productor va a buscar ayuda no tiene prácticamente nada. Entonces la cooperativa está bancando con recursos propios gran parte de la financiación de la cosecha que venció, pero un altísimo porcentaje de la que se va a venir.
-Debe ser difícil soltarle la mano a un chacarero que siempre estuvo ligado a la cooperativa del pueblo.
-Exactamente. Creo que la herramienta que tiene el productor en la cooperativa, cuando más se tiene que ver es en estos momentos. Pero bueno, también tenemos que ser conscientes y cuidadosos de los recursos de la cooperativa, porque si no es un descontrol que te pueden llevar puesto. Es un fino equilibrio donde obviamente el productor se siente representado. Hay toda una historia de familias atrás.
-¿Y el Estado Nacional? Alguna vez se dijo que las cooperativas podían ser uno de los vehículos para canalizar financiamiento rápido hacia los productores por vía de fondos rotatorios o algo (a las pocas horas de este entrevista se conoció la asignación a Coninagro de magros 1.000 millones de pesos).
-Ya se ha hecho en otras veces, donde la cooperativa hace un pasamanos directo al productor, porque nosotros los tenemos identificados y sabemos que hay un gran porcentaje de nuestros asociados que no tienen asistencia financiera bancaria. Muchos ni siquiera tiene cuenta bancaria. Entonces somos muchas veces ese instrumento de los gobiernos para llegar directamente al productor.
-¿Y hay algo?
-Hoy lamentablemente no lo tenemos, no está la decisión política de hacerlo. Por ahí vemos que se destinan recursos a otras cosas, pero para un sector que es gran parte del motor de la economía del país, que hace 20 años que viene aportando a las arcas del Estado, y que ahora realmente precisa porque se corre riesgo de la desaparición de muchos productores… Estamos muy, muy preocupados por eso. Pero no. Todavía no está. Demoran la emergencia agropecuaria y más demora y más demora. Entonces es todo un desafío.
-Los políticos deben suponer que alguien igual va a sembrar…
-Pegaste en el centro. Ahí está el desafío. El campo argentino va a seguir sembrando, va a seguir produciendo. Pero el tema es quién va a estar sembrando. Nosotros vemos en las zonas nuestras donde se están con validando alquileres a unos costos que no entran en razón. Cuando te das vuelta sabés que atrás aparece gente y hay recursos que no son del sector. Entonces esa es la gran pregunta y la gran decisión política que tiene que tomar este gobierno, o el que venga o cuál sea: ¿quién va a producir en la Argentina y qué va a pasar con los pueblos del interior?
Buenos días. Acabo de leer las publicaciones de Bichos de campo, y realmente debo felicitar a todos quienes trabajan y dedican su tiempo para instruirnos y mantenernos bien informados. Soy docente e investigador de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral y además, soy investigador del CONICET. Leer vuestros comentarios, las diferentes vivencias de los trabajadores del sector, y todas las necesidades que tienen, me hacen repensar en mi función como investigador cómo puedo ayudar desde mi lugar de trabajo. Particularmente, siento que desde el sector científico, debo involucrarme para volcar mis conocimientos con el fin de ayudar a solucionar los diferentes problemas que los productores argentinos enfrentan día a día. Gracias por el esfuerzo y el trabajo que hacen!