Si uno no supiese la historia que contó a Bichos de Campo el gerente de insumos de AFA (Agricultores Federados Argentinos), José Luis Nardi, pensaría que el acto de este miércoles al mediodía en el parque industrial de Ramallo, donde esta enorme cooperativa agropecuaria inauguró una moderna planta para la elaboración de bioinsumos que demandó una inversión de 6 millones de dólares, es unas más de los tantos pasos que se están dando en el agro para “bajara la carga” de agroquímicos en función de ir reemplazándolos paulatinamente por biológicos.
Este sitio viene contando todo este enorme y saludable viraje que vive la agricultura. Y por lo tanto no parece traer esta noticia algo nuevo bajo el sol. Y sin embargo…
La historia que cuenta Nardi nos remonta a los años 70, cuando la soja recién estaba desembarcando en estas costas y nadie pensaba en la posibilidad de inocular sus semillas con microorganismos benéficos. “En realidad nosotros venimos comercializando biológicos hace más de cincuenta años. AFA fue pionera en inoculantes para soja. En aquellos momentos, la inoculación se hacía con cepas de INTA, a la cuales vos tenías que esterilizar, de forma prácticamente artesanal. Cuando se detecta que se podría producir a nivel industrial, un ex compañero de AFA se comunica con una empresa de Estados Unidos vía telefónica. Y esa empresa que formulaba, empieza a operar con Argentina a través de Agricultores Federados de Casilda. Así empezó AFA y trajo una marca, la puedo mencionar, que era Nitragin en ese momento”.
La anécdota revela que el de la adopción de biológicos es en realidad un proceso que comenzó hace mucho y que recién ahora está cobrando vértigo. En este contexto, lo realmente novedoso es que AFA reinvirtió parte de sus utilidades como cooperativa en este nuevo emprendimiento industrial, que le permitirá autoabastecerse de este tipo de insumos biológicos sin depender de la provisión de terceros, que es lo que hacía hasta ahora, durante todos estos decenios que pasaron desde aquella anécdota.
Eso quiere decir que su envidiable plataforma de 30 mil productores que son socios y clientes ya le compra biológicos, y que eso representa de 3 a 5% de la facturación en en el rubro fitosanitarios. Pero la tendencia es a que ese porcentaje vaya creciendo, y esa es la justificación de esta fuerte inversión donde casi nadie invierte en la economía argentina.
Por eso, además, la nueva planta de BioAFA fue levantada al lado de la planta de formulación de agroquímicos que la cooperativa inauguró hace ya una década en Ramallo. La idea es que una estabilice su producción, y la otra le vaya mordisqueando porciones del mismo mercado. Finalmente las dos producen sustancias para enfrentar plagas y enfermedades de los cultivos, o para potenciar los rendimientos. Pero mientras una lo hace a partir de principios activos, la otra trabajará con hongos, bacterias y otros microorganismos presentes en la propia Naturaleza.
“Está planta no es solo una obra sino que es una apuesta a la agricultura del futuro”, decía la locutora que conducía el acto de inauguración, en el que escasearon los funcionarios políticos pero abundaron los chacareros llegados desde todos los puntos de la pampa gringa donde AFA tiene presencia. La mayor cooperativa agropecuaria de primer grado del país dispone de 26 Centros Cooperativos Primarios y tiene presencia en 130 localidades de 9 provincias: Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Santiago del Estero, Chaco, Salta, Tucumán y San Luis. Su capacidad de acopio de granos llega a 3 millones de toneladas.
Frente a sus pares productores, Darío Marinozzi, el actual presidente de AFA, confesó que había escrito un discurso que finalmente desechó para “hablar desde el sentimiento”. Valoró su equipo de trabajo y la audacia de las decisiones de la cooperativa. Y recordó que esta apuesta por los bioinsumos nació de igual modo que cuando hace diez años atrás decidieron incursionar en “la loca aventura” de la formulación de agroquímicos. “No teníamos demasiada idea de cómo empezar y terminamos teniendo una de las plantas más modernas del país, y no solo trabajamos para nuestros productores sino que también nos eligen empresas de primer nivel que nos traen a formular” sus productos.
“Cuando arrancamos con fitosanitarios, arrancamos con el producto más simple, con uno solo. Después pusimos cinco y hoy tenemos más de 32 productos y le formulamos a diez empresas nacionales y multinacionales”, confirmó luego Nardi. Con esa misma paciencia, En 2022 se pusieron a proyectar esta nueva planta de biológicos, que comenzará produciendo en el orden de las 600 mil dosis el primer año, para llegar aproximadamente a las 2 millones de dosis a los 48 meses.
“Después, con la incorporación de más líneas, podemos superar tranquilamente esa cantidad”, dijo el gerente. Y lo mismo sucederá con la paleta de productos: comenzarán con los inoculantes y luego se incorporarán formulados con diferentes microorganismos y diferentes usos en varios cultivos.
Tiempo al tiempo: La investigación básica correrá a partir de acuerdos de AFA con diferentes universidades nacionales. “Nosotros vemos que esto recién es el principio de una era nueva”, indicó Nardi.