La 90° Sesión General de la Asamblea Anual de Delegados de la [Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), una especie de naciones unidas de las ciencias veterinarias, recomendó a los países que no apliquen restricciones al comercio de productos avícolas a otros países que decidan aplicar vacunas para frenar el avance de la influenza aviar altamente contagiosa (H5). La Argentina es uno de esos países y duda si apelar al medicamente o no, justamente por el temor a perder mercados.
En una sesión donde la gripe aviar concitó la mayor atención, los delegados de los distintos países ante la OMSA, entre ellos la directora nacional de Sanidad Animal del Senasa, Ximena Melón, en representación de la Argentina, aprobaron el documento “Desafíos estratégicos para el control mundial de la influenza aviar de alta patogenicidad”. Son 19 puntos en total.
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El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) explicó que esta resolución, destaca en sus recomendaciones, que los países miembros deben mantener “la transparencia mediante la notificación oportuna y completa a la OMSA de los eventos de influenza aviar, tal y como se describe en el Código Sanitario para los Animales Terrestres (Código Terrestre)”.
Luego deja liberada la decisión de aplicar vacunas preventivas (en vez de la dura estrategia actual, que consiste en la aniquilación de todos los pollos o gallinas que puedan estar en una grana infestada) a cada uno de los 183 países que componen la OMSA, pero brega para que no haya penalizaciones comerciales a los países que lo hagan.
“Los Miembros, en consulta con el sector avícola, consideren para el control de la enfermedad, la aplicación de la vacunación como una herramienta complementaria que se basa en una vigilancia adecuada y tiene en cuenta factores locales como las cepas virales en circulación, la evaluación de riesgos y las condiciones de aplicación de la vacuna”, define el documento.
Pero de inmediato pide que “los países respeten y apliquen las normas adoptadas por la OMSA y reconozcan el uso conforme de la vacunación sin consecuencias negativas para el comercio, cuando el programa de vacunación está respaldado por sistemas de seguimiento de la vacunación y de vigilancia de la enfermedad que puedan demostrar la eficacia de la vacunación y la ausencia de infección”.
Al respecto, Melón explicó que “el foro de sanidad animal tuvo como resultado la aprobación de la resolución de influenza aviar con acuerdos importantes en materia de vacunación, cómo estrategia complementaria y atendiendo las particularidades de cada país, y dónde se refuerza el compromiso de que no tenga un impacto negativo en el intercambio comercial”.
Argentina, que ya sufre la aparición de la enfermedad avícola desde febrero pasado y que ha debido sacrificar miles de aves en varios casos, analizaba la vacunación como alternativa, pero su sector privado se dividía entre las empresas productoras de huevos, que exportan poco y además termoprocesado, y por lo tanto no corren riesgo de transmisión del virus; y las empresas productoras de carne, que como exportan cortes frescos sí han sufrido prohibiciones desde varios mercados.
En ese sentido, Senasa informó que “durante los intervalos de la Sesión General la delegación argentina, junto con el consejero agrícola en Europa, mantuvo encuentros bilaterales con socios comerciales como China, Países Bajos, Francia, Ecuador, Alemania, Rusia y República Checa, entre otros países, en los que se intercambió información técnica en el marco de las negociaciones sanitarias para el intercambio comercial de mercancías de origen animal”.
“Mantuvimos muy buenas reuniones que nos permitieron fortalecer el intercambio de experiencias para poder seguir avanzando con las negociaciones y continuar comercializando”, indicó la directora nacional del Senasa.