A pocas horas de que el presidente Alberto Fernández y una comitiva oficial en la que a último momento se logró meter el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, partiera hacia Glasgow, para participar de la crucial cumple climática COP26, las 64 cámaras que conforman el Consejo Agroindustrial Argentina (CAA) expresaron su apoyo a la decisión del gobierno de comprometerse allí a reducir los niveles argentinos de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) de cara a 2030.
Pero al mismo tiempo, en un extenso documento, la comunidad agroalimentaria local marcó cinco visibles contradicciones en que incurre la Argentina si realmente quiere lograr ese objetivo.
La Cumbre de Glasgow busca llegar a acuerdos internacionales que permitan mitigar las emisiones de GEI que están provocando el calentamiento del planeta. La Argentina ya anunció, a través de su gabinete de Cambio Climático, que asumirá una actitud muy agresiva para incluso sobre-cumplir lo que ya había prometido hacer. Pero por ahora no se conoce a ciencia cierta la estrategia local para concretar dicho compromiso.
En un extenso documento, el CAA ratificó el “compromiso de colaboración” de las cadenas productivas “para el logro de las metas y objetivos declarados en línea con los compromisos internacionales asumidos”. Pero a la vez alertó que “no lograr alinear las políticas y acciones correctas en el corto plazo pueden dejar afuera a Argentina de los mercados internacionales, condicionar los sistemas productivos nacionales, afectar el empleo y el bienestar de los ciudadanos”.
En ese sentido, en el escrito el Consejo exhibe cinco políticas contradictorias entre lo que el gobierno dice debe hacerse y lo que realmente está sucediendo. Son las que siguen:
Biocombustibles: El bloque agroindustrial consideró que una de las “carencias” de la estrategia nacional de largo plazo ha sido la reciente modificación de la Ley de biocombustibles 27.640, que redujo los cortes de uso de biocombustibles en reemplazo de los hidrocarburos. Para la CAA esa decisión, impulsada con mucha claridad desde el kirchnerismo, “fue contraria a los compromisos asumidos por Argentina tanto en el Acuerdo de París (ratificado por la Ley 27.270) como en las Contribuciones Nacionales que Argentina presentó en el Plan de Acción Nacional sobre energía y Cambio Climático en 2017 y su actualización en 2019”.
Movilidad Sustentable: El Consejo Agroindustrial también criticó el reciente proyecto de Movilidad Sustentable, que solo prevé los motores eléctricos como recursos para la transición energética. Otra vez, no se habilitaron motores que soporten cada vez más porcentaje de bioetanol o biodiésel. Esa estrategia oficial, a juicio de los agropecuarios, “profundiza la contradicción y demuestra directamente una exclusión de los biocombustibles en la estrategia del país, siendo que los mismos no solo sustituyen combustibles fósiles, sino, además, colaboran manteniendo retenido en el suelo -de forma segura- el carbono emitido por los mismos”.
Otras energías renovables: El CAA consideró que no solo la producción de biocombustibles, sino también la de biogás o la generáción de energía eléctrica y térmica a partir de residuos, efluentes, chips y pellets de biomasa son formas de valorizar los subproductos de actividades del agro y bosques, a través de su aporte de soluciones de carbono neutro sustituyendo el uso de energías fósiles. “Además de mitigar el impacto ambiental de la disposición de efluentes y residuos, su uso permite el aprovechamiento energético, la obtención de biofertilizantes y de múltiples bioproductos”, se remarcó. ¿Y cuál es la contradicción en este caso? Que hablando de esta bioeconomía los empresarios no observamos “su inclusión con la importancia que tiene”.
El sector forestal: Sabido es que una de las manera de capturar carbono es a través de las masas boscosas. Para el CAA, “la plantación de árboles y la captación de carbono del aire en los suelos vía sistemas conservacionistas altamente difundidos en el país (siembra directa)” deben ser parte de la estrategia nacional. Pero aquí el problema marcado es que se pone todo en acento en la Argentina promete impulsar nuevas forestaciones y cuidar sus bosques, pero tanto la ley de promoción de plantaciones forestales 25.080 como la llamada Ley de Bosques 26.331, “se encuentran ambas desfinanciadas, contradiciendo lo enunciado”.
La demonizada ganadería: En este punto, la contradicción está en el discurso que llevan muchos funcionarios argentinos a Glasgow, respaldando el argumento internacional de que buena parte de la responsabilidad sobre el calentamiento global responde a las emisiones de metano que producen los rumiantes. Para el CAA, en este aspecto, hay que “evitar la demonización de la actividad”, ya que el metano que genera la ganadería no es equivalente al CO2 que emiten los combustibles fósiles, que el sector de hidrocarburos es “el principal responsable de la situación a la que hemos llegado a nivel global”.
En materia ganadera, además, se destacó que el sistema de producción local “no es similar” a los de otros países, ya que aquí los bovinos pasan la mayor parte de su vida sobre pasturas que a la vez capturan carbono. “Debemos seguir trabajando en las mediciones del balance de carbono de los sistemas de producción ganadera de Argentina que muestren su real impacto en el cambio climático”, reclamó el Consejo.
Este es el documento completo:
POSICIÓN DEL CAA SOBRE LA ESTRATEGIA NACIONAL SOBRE CAMBIO CLIMÁTICO
“Estamos convencidos que el sector de agricultura, ganadería y bosques y sus cadenas de valor en Argentina son parte de la solución para la mitigación y adaptación al cambio climático y pueden impulsar la creación de miles de puestos de trabajos en la transformación que requieren los sistemas productivos y cadenas de valor para reducir la huella de carbono en la transición hacia el logro de la carbono-neutralidad”, enfatizó el bloque agroindustrial, que reclamó a los funcionarios que partieron hacia Glasgow “una coordinación permanente entre Ministerios del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Gobiernos provinciales y sectores productivos y científicos”.