El año pasado los bancos de alimentos de Mar del Plata, Balcarce y Tandil unieron esfuerzos para disminuir el desperdicio de frutas y verduras en el cinturón frutihortícola marplatense. ¿Por qué? Porque se estima que nada menos que el 50% de lo que este sector produce se descarta, al no poder comercializarlo por falta de demanda, pudrición o mala apariencia comercial.
Frente a eso y en el marco del plan Argentina contra el Hambre, el INTA firmó un convenio con el Banco de Alimentos de Balcarse, que trabaja en red con los otros dos, para rescatar las frutas y verduras descartadas en buen estado con el objetivo de que sean aprovechadas por personas en condiciones de vulnerabilidad económica y social.
“La intención es poder identificar y cuantificar aquella parte de la producción frutihortícola que no ingresa en la cadena de comercialización por no cumplir con las normas de tipificación (tamaño pequeño o defectos de forma y aspecto), pero que se encuentra apta para el consumo humano”, explicó Alejandra Yommi, responsable del proyecto por el INTA.
Javier Fornieles, presidente del Banco de Alimentos de Balcarse, indicó que el rescate de alimentos que se realizaba en el cinturón frutihortícola de Mar del Plata se venía dando a media máquina, porque se conseguía poca mercadería y el costo logístico era alto.
La incorporación del INTA permite, en este sentido, la participación de especialistas para estudiar las distintas cadenas de producción, estimar volúmenes de hortalizas y frutas que se descartan, los momentos del año y puntos de la cadena productiva más conveniente para el rescate.
“Se espera que el volumen y también la calidad de las hortalizas y frutas rescatadas aumenten considerablemente a partir del trabajo mancomunado entre los Bancos, el INTA y la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Mar del Plata y en la medida que se consolide este trabajo interinstitucional”, precisó Alejandra Yommi.
Actualmente estos bancos de alimentos alquilan el predio de la Sociedad Rural de Mar del Plata, donde se encuentra el Centro de Rescate de Frutas y Hortalizas. Además de contar con galpones para guardar lo rescatado, tiene una superficie de cinco hectáreas que se podrán emplear para hacer parcelas demostrativas e investigaciones en frutihorticultura con un abordaje agroecológico.
Según un relevamiento realizado por Alejandra Yommi y Sebastián Borracci, del grupo Ad Hoc Frutihortícola de la Plataforma de Innovación Territorial Mar y Sierras del INTA, sobre las principales cadenas de frutas y hortalizas del cinturón productivo de Mar del Plata, existen varias cadenas productivas que presentan excedentes anuales.
“Respecto de la cadena de maíz dulce, cinco de los ocho productores que concentran el 75% de la producción coinciden en que a veces quedan sin cosechar un 10% de los lotes. Esto sucede porque las condiciones climáticas provocan que varios lotes que fueron sembrados escalonadamente no se encuentren con la madurez óptima para la cosecha”, explicó Yommi.
Sus estimaciones indicaron que podría rescatarse un volumen de 1000 toneladas, es decir, unos siete millones de choclos.
En cuanto a la cadena de papa, cultivada por más de 100 productores en una superficie de 33 mil hectáreas, “se observó que el mayor excedente ocurre de diciembre a abril y es de 15 mil toneladas, y el aprovechamiento se podría hacer en el sector de lavado y acondicionado”, señaló Borracci.
Algo parecido sucede con la cadena de la zanahoria que “genera pérdidas de 15.000 toneladas en solo 850 hectáreas cultivadas, lo que representa un 30% de la producción”. Actualmente, los descartes de zanahoria se utilizan como alimentación para ganado vacuno y porcino, aunque no en su totalidad, y como se cosecha, lava y acondiciona toda la producción en pocos lavaderos, “existe una excelente oportunidad para coordinar su recupero y aprovechamiento”, aseguró el especialista.
Por último, indicó que hay otros productos aprovechables con mucho potencial, como kiwi, tomate, berenjena y morrón, y destacó “el compromiso de quienes producen porque entregan su excedente como donación, incluso cuando podrían comercializarlo”.