Además de liberar antes los lotes agrícolas para permitir una siembra temprana de soja de segunda, la cebada le está “compitiendo” al trigo “palmo a palmo” en el terreno comercial.
Los valores negociados en las últimas jornadas de forwards de cebada argentina 2021/22 se ubicaron en 195 u$s/tonelada, un valor equivalente al operado en la mayor parte de los contratos de trigo “nuevo”, según datos de la plataforma Sio Granos.
A la fecha los exportadores declararon embarques de cebada forrajera 2021/22 por un total de 368.000 toneladas por embarcar en los meses de diciembre de este año y enero de 2021. Los traders que registraron ventas son Glencore (Oleaginosa Moreno), Cargill, Bunge, Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), Alea y Cía y E-Grain.
La razón detrás de la fortaleza de los precios de la cebada reside en el hecho de que el año pasado el gobierno chino, por causas políticas, bloqueó el ingreso de la cebada proveniente de Australia, nación que hasta un año atrás era el principal proveedor de ese producto a la nación asiática.
El primer ministro australiano, Scott Morisson, decidió alinearse con el entonces presidente de EE.UU., Donald Trump, para solicitar –junto a otras naciones– que se realizara una investigación científica internacional sobre los orígenes del Covid-19 en territorio chino.
El gobierno de Xi Jinping, al considerar que ese pedido implicaba una intromisión en los asuntos internos de China, procedió a aplicar represalias comerciales contra Australia, una de las cuales consistió en implementar derechos antidumping del 73,6% más un arancel adicional del 6,9% a las importaciones australianas de cebada.
Ante tal restricción, los importadores chinos deben buscar fuentes alternativas de cebada en naciones como Argentina, Ucrania y Francia, a pesar de que, por cuestiones logísticas, el proveedor natural de ese producto es Australia, que en esta campaña debió reorientar su producción en destinos como Arabia Saudita, que emplea ese recurso para alimentar camellos.