“La Carinata es un cultivo de cobertura que permite generar un biocombustible de segunda generación para la industria aeronáutica”, explica con sencillez el ingeniero agrónomo Sebastián Bravo, destacando “uno de los beneficios” que le genera este cultivo al productor que se decide por ella.
La Carinata es uno de los componentes del porfolio de la empresa Nuseed Semillas, y se constituye en una de las apuestas de la compañía enfocándose en la sustentabilidad. “Nuestro objetivo no es solamente una propuesta de valor para el productor agropecuario sino también ser referentes de la agricultura sustentable para ayudar a reducir las consecuencias de los gases de efecto invernadero. Carinata reduce al menos el 80% de la huella de Carbono, cuando se utiliza como combustible”, remarcan en esa compañía semillera.
Luego de unos años de investigación (comenzaron en 2019), desarrollo y pruebas, Nuseed creció exponencialmente en hectáreas dedicadas al cultivo de Carinata. Lo han hecho observando parámetros de exigencia, como exigir al productor que el cultivo no puede hacerse en lotes donde se haya desmontado. El compromiso ambiental es una de las claves de las normas internacionales que están comprometidos a cumplir.
La industria aeronáutica es responsable del 3% de las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) a nivel mundial. Los máximos exponentes de esa industria, a nivel global, se juntaron y decidieron que para el año 2030 deben reducir 50% de las emisiones de las que son responsables. Y para el año 2050 el objetivo es ser carbono neutros.
“Entonces hay que buscar soluciones en materias primas adecuadas, que no dañen el ambiente y que no sean comestibles”, explicó Bravo, estableciendo la diferencia con soja, maíz y otros granos que, si bien se usan para biocombustible, son comestibles.
“Carinata es un cultivo de cobertura con renta, que se presenta como una opción de diversificación para los cultivos invernales, que se comercializa para la producción de biocombustibles para aviones. Este cultivo produce un grano del cual se obtiene un aceite ‘no comestible’ destinado a la producción de biocombustibles de segunda generación”, reitera el agrónomo y amplía acerca del negocio.
Los agricultores son parte del negocio. La empresa semillera tiene un convenio con Saipol, de Francia, que es el mayor procesador de semillas oleaginosas, y “todo lo que se produce acá va para Francia”. Del proceso de crushing para obtener el aceite se obtiene también una harina muy rica en proteínas, libre de organismos modificados, cuyo destino es la nutrición animal, particularmente aves.
“De esta manera presentamos un modelo de negocio que busca aportar rentabilidad al productor y suma grandes beneficios a la rotación y a la salud suelo”, expresa Bravo, mientras muestra los plots de Carinata que siembran mensualmente en la planta que la empresa tiene en Venado Tuerto, sur de la provincia de Santa Fe. Si bien la época de siembra a campo es en abril y mayo, la siembra mensual que hacen es a los efectos de investigación.
Acerca de la demanda que tienen, fue claro y contundente: “Nos apuran. Las aerolíneas están obligadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en grandes porcentajes en los próximos años, por lo que existe una demanda real para este producto. Y el biocombustible generado a partir de este cultivo ha probado ser el más eficiente en reducir la huella de carbono de la aeronáutica”.
“Hoy no hay techo, el potencial de este cultivo es enorme, está todo por hacerse. La industria de la aviación lo midió, lo probó y dijo: esto es lo mejor. Los aviones no tienen ninguna diferencia con el rendimiento respecto de combustibles fósiles y tampoco hay que hacerles modificaciones en los motores o en las turbinas. El biocombustible de segunda generación obtenido de la Carinata se puede usar puro o en cortes”, concluyó Sebastián Bravo.
La Argentina es el primer país del mundo donde se produce Carinata en escala. En los inicios -hace cuatro años- se sembraban 1.600 hectáreas; actualmente, ya con semillas híbridas (Nujet 400) siembran 32.000 hectáreas. El próximo objetivo, campaña 2023/24, es 75.000 hectáreas. En Uruguay, con más años de investigación, están cerca de las 2.000 hectáreas.
La Carinata también tiene creciente aceptación en Estados Unidos, Brasil, Paraguay, Bolivia, y también Europa, con la misma modalidad de aliarse con los protagonistas de cada etapa.
También se usan tierras ricas para estos sustitutos del maíz y trigo, que es bueno, más no suficientes para mitigar el hambre mundial que crece y las tierras aptas disminuyen por el cambio climático .La energía debe ser sacada del viento y del sol preferentemente
El combustible y los subproductos se produce acá? O solo se exporta la semilla como grano? Pq si se exporta el grano a Francia creo que es negocio para ellos no para nosotros.
Aquí en mutquin dpto poman provincia de catamarca la tenemos como plaga