En Estancia Viamonte, localizada en Tierra del Fuego, tienen un problema limitante: existe una sola estación de crecimiento del pastizal natural al año y es necesario aprovecharla al máximo. Entre los meses de septiembre y diciembre, el rodeo de vacas se destina al potrero de mayor potencial forrajero del circuito, el cual no cuenta con aguadas naturales y requiere realizar perforaciones para proveerse del recurso. Además de las erogaciones requeridas en infraestructura hídrica, en los años climáticos más duros había que hacer grandes esfuerzos para no sobreexigir la capacidad del potrero estrella.
“A partir de intercambios realizados en el ámbito del grupo CREA, se decidió comenzar a construir nuevos corrales de trabajo en un sector del establecimiento que cuenta con aguadas naturales para evitar así el uso de un solo potrero de parición durante el período estival”, explica Pedro Aldao, responsable de producción de Estancia Viamonte, en un artículo publicado por CREA.
“La implementación de los nuevos corrales además nos va a permitir mejorar la dinámica de los movimientos de la hacienda, un aspecto crucial con extensiones tan amplias en un terreno difícil”, añade el integrante del CREA Tierra del Fuego (región Patagonia).
Si bien el uso de las aguadas naturales mejorará la eficiencia de utilización del recurso, las perforaciones, de todas maneras, seguirán instrumentándose porque en los últimos años se viene registrando una restricción hídrica importante en la provincia más austral de la Argentina.
“La reestructuración de esa zona del establecimiento nos va a permitir dejar descansar al mejor sector del establecimiento, empleándolo de manera alternada, para así poder realizar un uso sostenible del mismo”, remarca.
Estancia Viamonte –ubicada a unos 42 kilómetros al sur de la ciudad de Río Grande– fue fundada en 1902 por Lucas Bridges, que se dedicó la producción lanera. Bridges era hijo del reverendo anglicano Thomas Bridges y de Mary Anne Varder, la primera familia europea en establecerse en Tierra del Fuego en 1863. Durante la mayor parte de su historia, la empresa se dedicó a la producción de lana, pero en las últimas dos décadas la empresa comenzó a reorientar el crecimiento hacia la producción de vacunos de la raza Hereford.
En la isla de Tierra del Fuego hay tres zonas: estepa, al norte; bosque fueguino, al sur, y ecotono, la transición entre ambas zonas. Estancia Viamonte está en el ecotono y tiene 50% de monte de ñire, 25% de estepa y 25% de vegas (bajos húmedos más productivos). La media de temperaturas máximas de verano es de 16°C, mientras que la de invierno es de -5°C con extremos de -15ºC. El régimen promedio anual de precipitaciones es de unos 350 milímetros.
El campo se extiende treinta kilómetros a lo largo de la ruta 3 y tiene treinta kilómetros sobre la costa, lo que le otorga un microclima más benigno con respecto a otros establecimientos ubicados en el interior de la isla. En el monte de ñire y en las vegas el estrato herbáceo está conformado por gramíneas, entre las que aparecen el pasto ovillo y el timote como especies introducidas.
El área en producción es de 22.000 hectáreas de un total de 40.000. La producción ovina cuenta con 5400 cabezas para esquila en unas 5000 hectáreas. La ganadería bovina, por su parte, ocupa 15.000 hectáreas para llevar adelante un sistema de cría e invernada. Guardan el 80% de los terneros destetados para producir novillos
El servicio de las vaquillonas es de 27 meses con inseminación artificial, la cual se realiza desde el 15 de diciembre hasta el 15 de marzo. El destete comienza en mayo con un peso promedio objetivo de al menos 205 kilogramos.
El porcentaje de preñez es del 96% y 97% en vacas y vaquillonas respectivamente. Tales indicadores se han mantenido estables a pesar de que los vientres en servicio casi se duplicaron en la última década (pasaron de 721 en 2011/12 a 1422 en 2021/22).
La cría bovina emplea 9249 hectáreas. Gestionan un solo rodeo de vacas adultas en 7277 hectáreas. Las otras 1972 hectáreas se destinan para 220 vaquillonas de primer servicio, 55 toros y 54 vacas de descarte. El rodeo de vacas rota todo el año en seis potreros diferentes con una carga anual promedio de 7,2 ha/vaca. El período de pastoreo por potrero es de 30 a 100 días dependiendo de las circunstancias y la superficie disponible.
“En junio, una vez que se hace el tacto, las vacas van al potrero de invierno donde permanecen unos cien días con un consumo programado de 15 kg.MS/vaca/día. Es un lote muy apto para pasar el invierno porque tiene bastantes zonas de faldeo norte con pasto ovillo, que en años no muy rigurosos –como fue el caso del último invierno– se mantiene verde, lo que permite sostener cargas animales elevadas”, comenta Pedro.
Con el comienzo de la primavera las vacas ingresan al potrero de parición (el cual será alternado cuando esté disponible el nuevo sector), para luego ser derivadas en enero a otro lote con elevada disponibilidad de recursos forrajeros con el propósito de que acumulen reservas para afrontar el duro invierno. Y en mayo comienza el destete y se reinicia el ciclo.
“Ni bien son destetados, los terneros se encierran en un potrero de 15 hectáreas para ser alimentados durante unos diez días solamente con rollos. Eso permitió promover una mayor mansedumbre de los animales, lo que favorece el manejo posterior de los mismos”, explica Pedro.
“Cuando las circunstancias lo permiten, hacemos rollos de pastizal natural. Producen en un año bueno 2000 kg/MS/ha y en años secos entre 200 y 300 o nada. Cortamos y enrollamos unas 50 hectáreas por año si es factible hacerlo”, agrega.
Los terneros, engordados a base de pastizales naturales, se recrían hasta el año siguiente para ser comercializados con pesos finales del orden de 350 kilogramos. En el último ejercicio 2021/22 la producción de carne fue de 26,5 kg/ha con una carga media de 7,0 ha/cabeza. La eficiencia de stock (producción/carga) fue del 41%.
Si bien Tierra del Fuego no se autoabastece de hacienda para consumo propio, los precios del novillo suelen ser inferiores a los presentes en la región patagónica continental e incluso también en la zona pampeana. La principal razón de ese fenómeno es que, por cuestiones climáticas, las ventas de animales se concentran entre los meses de marzo y mayo, lo que provoca un abarrotamiento de oferta que impacta de manera bajista en los precios de venta.
La escala de producción regional no justifica en la actual coyuntura la realización de inversiones en infraestructura industrial y comercial orientadas a valorizar el producto, aunque, si en algún momento el turismo internacional cuenta con un desarrollo destacado –lo que no resulta descabellado frente a las muchas bellezas naturales y el legado histórico presente en la provincia–, eso podría llegar a cambiar. “La forma de producción de hacienda en el establecimiento es completamente natural, lo que nos permite disponer de una carne premium, la cual podría ser parte de la oferta gastronómica local en un escenario de gran desarrollo turístico”, proyecta Pedro.