En la campaña 2022/22 la arveja amarilla –que hasta hace no mucho era una curiosidad– representó un 31,8% del área total sembrada en la Argentina, una cifra sustancialmente superior al 21,0% implantado en 2021/22.
En términos absolutos el área de siembra de arveja amarilla siguió creciendo a pesar de que durante la campaña 2022/23, debido a la sequía, cayó fuerte la superficie total sembrada con la legumbre en la Argentina.
En lo que respecta a la tradicional arveja verde, la siembra cayó un 36% en la presente campaña respecto a 2021/22, según datos oficiales publicados por el Instituto Nacional de Semillas (Inase).
Para la campaña 2022/23 los productores declararon en el SISA el uso de 36 cultivares diferentes de arveja. Entre las cuatro primeras se acumula el 61,7% de la superficie sembrada. La variedad más utilizada fue Viper, inscripta en el Registro Nacional de Cultivares en el año 2001, la cual cubrió el 35,8% de la superficie sembrada declarada. Viper no tiene propiedad intelectual vigente, con lo cual es de uso libre ilimitado.
En los siguientes lugares del ranking se encuentra Bicentenario (2012) con un 10,8% del área nacional sembrada, Avenger (2019) con el 8,2% y Curling (2016) con el 6,7%. Estas dos últimas corresponden a cultivares de arveja amarilla, mientras que los dos primeras son de arveja verde.
La mayor parte del área de arveja en 2022/23 se concentró en la provincia de Buenos Aires, mientras que en segundo lugar el cultivo se distribuyó en Entre Ríos y Santa Fe. Apenas 79 empresas concentraron el 49,5% de la superficie sembrada sobre un universo total de 785.
La arveja verde se exporta fundamentalmente a Latinoamérica y Europa, mientras que la amarilla, además de enviarse a mercados asiáticos, tiene un uso creciente en la elaboración de aislados proteicos destinados a la fabricación de sustitutos cárnicos (alimentos “basados en plantas”).
La semilla fiscalizada de arveja utilizada descendió abruptamente a partir de la campaña 2016/17 en línea con un crecimiento del área de trigo impulsada por la eliminación de las cuotas de exportación y derechos de exportación sobre el cereal implementada por el gobierno de Mauricio Macri.
Pero a partir de 2020, con la apertura oficial de las exportaciones de arveja argentina a China, el interés por el cultivo se incrementó. Posteriormente, el cultivo ganó mayor competitividad con la eliminación de derechos de exportación instrumentada a partir de 2021 por el gobierno de Alberto Fernández.